El corazón que se derritió



Había una vez, en un lejano reino cubierto de nieve, vivía la hermosa reina de la nieve. Ella era conocida por su belleza y su corazón frío como el hielo.

Aunque todos admiraban su apariencia, nadie se acercaba a ella por miedo a su actitud distante. Un día, mientras paseaba por los jardines helados del palacio, la reina escuchó un ruido proveniente de un arbusto cercano.

Al acercarse, descubrió a una pequeña niña llamada Sofía atrapada entre las ramas congeladas. La reina se sintió intrigada y decidió ayudar a Sofía. Con sus poderes mágicos, liberó a la niña y la envolvió en una cálida capa para protegerla del frío.

Sofía estaba asombrada al encontrarse frente a la temida reina de la nieve. Pero en lugar de sentir miedo, sintió curiosidad y comenzó a hacerle preguntas sobre su vida en el castillo helado. La reina quedó sorprendida por el coraje y amabilidad de Sofía.

Nunca antes había conocido alguien que no le tuviera miedo o prejuicios. Así que decidió llevar a Sofía al palacio para conocer más sobre ella.

A medida que pasaban más tiempo juntas, Sofía mostraba cada vez más comprensión y empatía hacia los demás habitantes del reino helado: los copos de nieve, los animales polares e incluso los pequeños duendecillos juguetones que vivían escondidos entre las montañas nevadas.

La reina de la nieve comenzó a darse cuenta de que su corazón se estaba descongelando lentamente. A medida que se abría a Sofía, también empezaba a abrirse hacia los demás. Un día, mientras exploraban una cueva helada, la reina y Sofía encontraron un espejo mágico.

El espejo tenía el poder de reflejar los verdaderos sentimientos de las personas. Al verse en el espejo, la reina vio su imagen fría y distante reflejada. Pero al lado suyo, vio a Sofía con una sonrisa cálida y amorosa en su rostro.

La reina se dio cuenta de que quería ser como Sofía: amable, compasiva y llena de alegría. Decidió hacer un cambio en su vida y usar sus poderes para traer felicidad al reino en lugar de temor.

Convirtió el castillo helado en un lugar acogedor lleno de risas y música. Las noticias sobre la transformación de la reina llegaron rápidamente a todos los rincones del reino.

Los habitantes estaban asombrados por el nuevo espíritu amable y generoso de su gobernante. La reina había aprendido una valiosa lección gracias a Sofía: que no importa cuán frío pueda parecer nuestro exterior, siempre hay espacio para el calor humano dentro de nosotros.

Desde aquel día, la reina trabajó incansablemente para construir escuelas e instituciones educativas para los niños del reino. Quería asegurarse de que todos tuvieran acceso a una educación adecuada y pudieran crecer rodeados del amor y la amabilidad que ella había descubierto gracias a Sofía.

Y así, la reina de la nieve se convirtió en una inspiración para todos. Su historia se contaba a los niños y niñas del reino como un recordatorio de que el amor y la compasión pueden derretir incluso los corazones más helados.

Y colorín colorado, esta historia ha terminado, pero el legado de la reina de la nieve continúa vivo en cada sonrisa y acto amable que compartimos con los demás.

FIN.

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