El Corredor del Bosque Encantado
Había una vez un niño llamado Tomás, que vivía en un pequeño pueblo al borde de un hermoso bosque. Este bosque estaba lleno de árboles altos, flores de colores y una increíble variedad de animales. Tomás amaba explorar y correr entre los árboles, pero siempre tenía cuidado de no alejarse demasiado, ya que su papá, que era un gran aventurero, le había contado muchas historias sobre las maravillas y misterios que albergaba ese lugar.
Un día, mientras Tomás jugaba al aire libre, decidió que era el momento de adentrarse en el bosque. Comenzó a correr con la emoción de descubrir algo nuevo. "Voy a encontrar la mariposa más hermosa del mundo", pensó-, recordando las historias de su papá sobre esas criaturas mágicas que vivían en el corazón del bosque.
Después de correr un buen rato, Tomás llegó a un claro donde había un río cristalino. Mientras se inclinaba para beber un poco de agua, vio algo moverse entre las flores. ¡Era una mariposa de colores brillantes! Tomás, maravillado, comenzó a seguirla.
La mariposa voló de un lado a otro, como si estuviera jugando con él, y Tomás no pudo evitar correr tras ella. "¡Esperá, mariposa!", gritó, mientras corría más rápido.
Sin embargo, en su apuro, no se dio cuenta de que se había alejado mucho de casa. Cuando finalmente se detuvo, miró a su alrededor y vio que todo le parecía diferente. El bosque, que antes le parecía familiar, era ahora un laberinto de árboles y sombras. "Oh no, me he perdido", murmuró preocupado.
Tomás trató de recordar el camino que había tomado, pero todo era confuso. "¿Qué haré ahora?", pensaba mientras sentía que empezaba a entrar en pánico. Pero justo en ese momento, la mariposa volvió a aparecer, revoloteando frente a él. Algo en su hermoso vuelo le dio una idea. "Tal vez si la sigo, me muestre el camino a casa", se dijo, y decidió confiar en la mariposa.
Con un nuevo enfoque, Tomás comenzó a correr nuevamente, poniendo su atención en la mariposa. Ella lo guió a través del bosque, haciéndolo pasar por hermosos árboles llenos de flores y cantos de pájaros. "¡Qué maravilla es este lugar!", exclamó Tomás, dándose cuenta de que, a pesar de estar perdido, estaba viviendo una aventura increíble.
Finalmente, después de seguir a la mariposa por un tiempo, Tomás llegó a un claro que parecía conocido. Allí, pudo ver la silueta de su casa entre los árboles. "¡Lo logré!", gritó con alegría. La mariposa, como si entendiera su felicidad, danzó una última vez y luego se perdió entre las flores.
Cuando Tomás llegó a casa, su papá lo esperaba preocupado. "¡Tomás! ¿Dónde estabas? Te estaba buscando", dijo su papá al ver su rostro radiante y sus ojos brillantes.
"Papá, me perdí, pero seguí a una mariposa que me llevó de vuelta. ¡El bosque es mágico! Hay muchos secretos por descubrir", explicó Tomás, entusiasmado por contarle a su papá su aventura.
Su papá sonrió y lo abrazó. "Estoy orgulloso de que hayas sabido mantener la calma, hijo. Pero recuerda, siempre es bueno explorar junto a alguien más. La aventura es más divertida cuando la compartimos."
Desde ese día, Tomás y su papá comenzaron a explorar el bosque juntos. Aprendieron sobre la flora y fauna, sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y la belleza de la naturaleza. Tomás nunca olvidó a la mariposa que lo guió de regreso y siempre la buscaba en cada aventura, recordando la lección de que a veces, la magia está a nuestro alrededor, solo debemos estar dispuestos a descubrirla.
FIN.