El Corredor Determinado
Daniel era un niño muy activo y siempre había disfrutado de los deportes. Desde que era pequeño, le encantaba correr, saltar y jugar al fútbol con sus amigos en el parque.
Pero lo que más quería Daniel era ser un atleta profesional. Soñaba con competir en los Juegos Olímpicos y ganar medallas para su país. Un día, mientras jugaba al fútbol con sus amigos, se dio cuenta de que tenía una habilidad especial para correr muy rápido.
Sus amigos lo animaron a participar en las carreras del colegio y él aceptó emocionado. Daniel se entrenó duro todos los días después de la escuela. Corría por el parque y hacía ejercicios para fortalecer sus piernas.
También aprendió técnicas de respiración para mejorar su resistencia durante las carreras. Finalmente llegó el día de la gran carrera del colegio. Daniel estaba nervioso pero también muy emocionado por mostrar todo lo que había aprendido durante su entrenamiento.
La pista estaba llena de estudiantes animando a los corredores. "¡Vamos Daniel! ¡Tú puedes hacerlo!"- gritaban sus amigos desde la tribuna. La carrera comenzó y Daniel salió disparado como un cohete hacia la meta.
Sentía el viento en su cara mientras corría cada vez más rápido. Podía sentir cómo su cuerpo se esforzaba por llegar primero. Pero algo inesperado ocurrió: uno de los corredores tropezó y cayó al piso justo enfrente de él.
Todos los otros niños tuvieron que detenerse para no chocar contra él, excepto Daniel quien decidió continuar corriendo sin pensarlo dos veces. A pesar de que el resto de los corredores comenzaron a alcanzarlo, Daniel no se rindió.
Continuó corriendo con todas sus fuerzas hasta cruzar la meta en primer lugar. La multitud estalló en aplausos y gritos de emoción mientras lo rodeaban para felicitarlo.
Daniel se sintió muy orgulloso de sí mismo por haber ganado, pero también porque había demostrado que era un atleta valiente y decidido. A partir de ese día, continuó entrenando duro todos los días para mejorar su técnica y lograr nuevos récords. "Nunca te rindas Daniel", le dijo su entrenador después del evento.
"La perseverancia es la clave del éxito". Y así fue como Daniel aprendió una gran lección: que con determinación, esfuerzo y perseverancia, cualquier sueño puede hacerse realidad.
FIN.