El cuaderno mágico de Lucas y Gandalf
Había pasado mucho tiempo desde que Frodo y Sam habían derrotado a Sauron y destruido el Anillo Único. La Tierra Media estaba en paz y todos los habitantes celebraban la victoria.
Sin embargo, Gandalf sentía que aún había algo pendiente por hacer. Un día, mientras paseaba por los campos verdes del Condado, Gandalf encontró un pequeño libro tirado en el suelo. Era un cuaderno de dibujo lleno de ilustraciones coloridas y hermosas.
Intrigado, lo abrió para ver quién era el dueño. Dentro del cuaderno había una nota escrita: "Querido Gandalf, estos son mis sueños y aventuras imaginarias. Me llamo Lucas y me encantaría ser como tú algún día".
Gandalf sonrió al leer aquellas palabras tan inocentes. Decidido a encontrar a este niño llamado Lucas, Gandalf comenzó a buscar en todo el Condado. Preguntó a los hobbits si conocían a alguien con ese nombre, pero nadie parecía saberlo.
Finalmente, llegó al pueblo más alejado del sur. Allí se encontró con una anciana hobbit llamada Doña Margarita que vivía sola en una pequeña casa junto al río.
Le preguntó si conocía algún niño llamado Lucas y ella le respondió: "No hay ningún niño llamado así por aquí". Gandalf sintió desilusión pero decidió quedarse unos días en aquel lugar para descansar antes de regresar a casa.
Durante su estancia, ayudaba a Doña Margarita con las tareas diarias e incluso le contaba historias emocionantes sobre sus aventuras. Una noche, mientras compartían una taza de té junto a la chimenea, Gandalf notó un cuadro colgado en la pared. Era una ilustración del Cuerno de Gondor y el Abismo de Helm.
Sorprendido, preguntó: "¿Quién pintó este cuadro?"Doña Margarita sonrió y respondió: "Fue Lucas, mi nieto. Solíamos pasar horas dibujando juntos cuando era pequeño". Gandalf se emocionó al escuchar esas palabras y le explicó que había encontrado un cuaderno con dibujos similares.
Doña Margarita le contó que su nieto vivía en la ciudad humana más cercana, pero desde hace años no tenían noticias suyas. Preocupado por Lucas, Gandalf decidió partir hacia esa ciudad para buscarlo.
Llegando a la gran ciudad, Gandalf buscaba desesperadamente a Lucas entre las multitudes. Preguntaba a todos los niños si conocían a alguien llamado así hasta que finalmente encontró a un grupo de chicos jugando en el parque.
Un niño rubio con ojos brillantes se acercó a él y preguntó: "¿Eres tú Gandalf? Mi abuela me hablaba mucho de ti". Era Lucas, el autor del cuaderno perdido. Gandalf sonrió y abrazó al niño con cariño.
Le explicó cómo había encontrado su cuaderno y lo llevaba consigo todo el tiempo. Lucas estaba emocionado al ver cómo alguien tan importante como Gandalf valoraba sus dibujos. A partir de ese día, Gandalf se convirtió en el mentor y guía de Lucas.
Juntos exploraron los reinos de la Tierra Media, vivieron aventuras emocionantes y descubrieron lugares mágicos. Lucas aprendió lecciones importantes sobre el valor de la amistad, el coraje y la imaginación.
Con el tiempo, Lucas se convirtió en un famoso ilustrador de libros infantiles y sus obras inspiraron a muchos niños alrededor del mundo. Pero siempre recordaría a Gandalf como su mentor y amigo, quien le enseñó que los sueños pueden hacerse realidad si creemos en ellos.
Y así, mientras Frodo y los demás personajes del Señor de los Anillos vivían felices en sus hogares, Gandalf encontró un nuevo propósito en su vida: ayudar a los niños a encontrar su propio camino hacia la magia y la aventura.
FIN.