El cuarto de juegos mágico



Había una vez en un escritorio muy ordenado, cuatro amigos inseparables: Lápiz, Regla, Tijera y Goma Sacapuntas. Cada uno tenía su función específica y siempre trabajaban juntos para ayudar a los niños con sus tareas escolares.

Un día, mientras estaban descansando en el estuche de la niña Lucía, escucharon un ruido extraño proveniente del cuarto contiguo. Curiosos como eran, decidieron investigar qué estaba pasando.

Al entrar al cuarto de juegos de Lucía, se encontraron con una escena desordenada y caótica. Los juguetes estaban tirados por todos lados y parecía que nadie había estado allí en mucho tiempo. Los amigos se miraron entre sí con preocupación. "¡Tenemos que hacer algo!", exclamó Lápiz.

Regla asintió y dijo: "Tienes razón. Vamos a organizar este lugar". Tijera sugirió: "Yo puedo cortar las cajas vacías para hacer espacio". Goma Sacapuntas añadió: "Y yo puedo borrar cualquier mancha o rayón que encuentre".

Así comenzaron a trabajar juntos para poner todo en orden. La regla medía cada juguete y los colocaba en su lugar correspondiente. La tijera recortaba las cajas vacías y las convertía en organizadores prácticos.

Y la goma sacapuntas borraba cuidadosamente cualquier marca o rasguño que encontraba en los juguetes. A medida que avanzaban, los amigos notaron algo interesante: algunos juguetes tenían piezas rotas o faltantes. Decidieron arreglarlos también.

Lápiz fue el encargado de dibujar nuevas piezas y Regla se aseguraba de que tuvieran las medidas correctas. Tijera cortaba los materiales necesarios y Goma Sacapuntas pegaba todo con su adhesivo mágico. Después de un arduo trabajo, el cuarto estaba impecable.

Los juguetes lucían como nuevos y cada uno tenía su lugar designado en los organizadores reciclados. Los amigos estaban muy orgullosos de sí mismos. En ese momento, Lucía entró corriendo al cuarto de juegos y quedó asombrada ante la transformación que había ocurrido.

"¡Wow! ¡Está todo tan ordenado y bonito!", exclamó Lucía con alegría. Los amigos sonrieron satisfechos por haber hecho feliz a su dueña.

A partir de ese día, Lápiz, Regla, Tijera y Goma Sacapuntas se convirtieron en los guardianes del orden en el cuarto de juegos de Lucía. Cada vez que Lucía dejaba una habitación desordenada, ellos acudían rápidamente para poner todo en su lugar. Juntos demostraron que trabajando en equipo y aprovechando sus habilidades individuales podían lograr cosas maravillosas.

Y así, Lápiz enseñó a los niños sobre la importancia de plasmar sus ideas; Regla les recordó lo valioso que es medir bien antes de actuar; Tijera les mostró cómo recortar obstáculos para alcanzar sus metas; y Goma Sacapuntas les enseñó a borrar cualquier error o equivocación sin temor a empezar de nuevo.

Los amigos se convirtieron en un ejemplo para todos los niños, demostrando que con esfuerzo y trabajo en equipo, cualquier desafío puede ser superado.

Y así, Lápiz, Regla, Tijera y Goma Sacapuntas vivieron felices ayudando a los niños a dar vida a sus ideas y manteniendo el orden en el mundo de la creatividad.

FIN.

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