El cuento de Tomás y Sofía



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un niño llamado Tomás. Tomás era un alumno muy inteligente y estudioso, pero tenía un problema: no tenía amigos en la escuela.

Todos los días llegaba al colegio con su mochila llena de libros y se sentaba solo en su pupitre. Un día, durante el recreo, Tomás vio a un grupo de niños jugando al fútbol en el patio.

Se acercó tímidamente y les preguntó si podía unirse a ellos. Pero los niños se rieron de él y le dijeron que no sabía jugar. Tomás se sintió triste y decepcionado, así que decidió alejarse y sentarse bajo un árbol a leer uno de sus libros.

Mientras tanto, una niña llamada Sofía lo observaba desde lejos. Sofía era una niña extrovertida y amigable que siempre trataba de ayudar a los demás. Se acercó a Tomás y le preguntó por qué estaba solo.

Tomás le contó sobre su dificultad para hacer amigos en la escuela. Sofía sonrió y le dijo: "No te preocupes, yo seré tu amiga". A partir de ese momento, Sofía y Tomás se volvieron inseparables.

Juntos pasaban horas leyendo libros, dibujando e inventando historias increíbles. Un día, durante una clase de matemáticas, el profesor anunció que habría una competencia escolar de cuentos cortos y que el ganador recibiría un premio especial.

Sofía animó a Tomás a participar con una historia escrita por ambos. Tomás dudaba al principio, pero con la ayuda de Sofía lograron escribir una historia maravillosa sobre la amistad y la importancia de ser uno mismo. La presentaron ante toda la escuela con mucho nerviosismo.

Al finalizar la lectura del cuento, todos los niños aplaudieron emocionados. El profesor felicitó a Tomás y Sofía por su creatividad e ingenio, otorgándoles el primer premio.

A partir de ese día, Tomás ya no estaba solo en la escuela. Los niños lo rodeaban para felicitarlo por su cuento e incluso algunos querían ser sus amigos. Pero para Tomás lo más importante era tener a Sofía a su lado como su verdadera amiga.

Y así fue como gracias al valor y la amabilidad de Sofía, Tomás descubrió que la verdadera amistad puede surgir en los momentos más inesperados.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!