El Cuento del Mar Sucio y sus Amigos
En la costa de Perú, había un océano hermoso y azul que todos los días saludaba a los peces, las estrellas de mar y las gaviotas. Sin embargo, no todo era alegría en las profundidades. Una mañana, los amigos del mar comenzaron a notar algo extraño.
"¿Por qué estoy tan triste hoy?" - preguntó el pez payaso, conocido como Pipo.
"No lo sé, Pipo, pero el agua se siente diferente" - respondió su amiga la tortuga llamada Tula.
Los dos nadaron juntos por el arrecife de coral hasta que llegaron a un lugar donde el agua estaba oscura y sucia. Tanto Pipo como Tula se quedaron boquiabiertos.
"¡Mirá todo esto!" - exclamó Tula. "¿Qué está pasando aquí?"
"Es muy raro... parece que hay basura flotando en el agua" - dijo Pipo, preocupado.
Esa tarde, decidieron investigar. Llamaron a sus amigos: la estrella de mar llamada Estrellita y el delfín llamado Dimi.
"Chicos, necesitamos ayudar al océano. No podemos dejar que se ensucie así" - propuso Dimi, dando vueltas emocionado.
"Sí, pero ¿cómo lo haremos? La basura viene de la playa y de los barcos" - añadió Estrellita, con tristeza en su voz.
Fue entonces que juntos tuvieron una idea: reunir a todos los animales del mar y hacer un gran plan. Convocaron a una reunión en el fondo marino, con peces, pulpos, cangrejos, y hasta a las gaviotas del cielo.
"¡Amigos!" - comenzó Pipo con voz fuerte. "Nuestro océano está en peligro, y necesitamos unir fuerzas para limpiarlo."
"¡Sí! ¡Vamos a ayudar a nuestro hogar!" - gritaron todos al unísono.
Decidieron organizar un Gran Día de Limpieza del Mar. Para eso, propusieron que cada animal traiga algo que pudiera ayudar. Tula, que era muy creativa, sugirió hacer redes con algas para recoger la basura, mientras que Dimi propuso que los delfines fueran a la superficie para recuperar los objetos más grandes.
El día llegó y todos estaban emocionados. Mientras nadaban y recogían la basura, algunos animales se encontraron con cosas sorprendentes.
"¡Mirá lo que encontré!" - gritó Estrellita levantando un juguete de plástico. "¿Alguna vez vieron esto?"
"¡Sí! Es un botecito como el de los humanos" - explicó Pipo, que sabía mucho sobre el mundo de arriba.
"¡Vamos a reciclarlo!" - sugirió Tula. "Podemos pedirle a las gaviotas que lo lleven de regreso a la playa para que lo recojan los humanos."
Mientras recogían más y más basura, notaron que la claridad del agua comenzó a regresar. Estaban felices, pero justo cuando pensaban que todo estaba bien, se dieron cuenta de que había un gran trozo de red de pesca atrapado en el arrecife.
"Oh no, ese es un gran problema, debemos liberar a nuestros amigos" - dijo Dimi, alarmado.
Los amigos del mar se unieron y, con esfuerzo y trabajo en equipo, lograron liberar a varios peces y tortugas que habían quedado atrapados. El océano respiró aliviado cuando vieron a sus amigos nadar libres nuevamente.
Después de un largo día, el fondo marino resplandecía.
"Lo logramos, pero esto no termina aquí" - dijo Tula, exhausted pero feliz. "Necesitamos seguir cuidando de nuestro mar."
"Sí, ya no será sólo una limpieza una vez al año. Haremos que todos los días sea un día para cuidar el océano" - agregó Pipo con determinación.
Desde aquel día, los animales del mar se comprometieron a cuidar su hogar y no solo el mar, también a enseñar a los humanos a proteger su océano.
Así, el pez payaso, la tortuga, la estrella de mar y el delfín se convirtieron en los guardianes del océano, una verdadera familia que aprendió a colaborar, entender y amar su hogar.
Y así, el mar en Perú volvió a brillar y los amigos del mar aprendieron que, juntos, podían hacer una gran diferencia. Aunque el océano enfrentara peligros, la unión y el amor por su hogar eran más fuertes que cualquier desafío.
FIN.