El Cumpleaños de la Jirafa



Era un hermoso día en el bosque. Había sol, las flores estaban en plena floración y los animales estaban emocionados. Hoy era un día especial: ¡era el cumpleaños de Gigi, la jirafa!

Gigi había invitado a todos sus amigos del bosque: el elefante Pipo, la tortuga Tuli, el loro Lalo y la ardilla Susi. Cada uno traería algo especial para la fiesta.

"¡No puedo esperar a ver qué traen!" - dijo Gigi mientras movía su largo cuello.

El primer en llegar fue Pipo, que traía una gran tarta de frutas.

"¡Feliz cumpleaños, Gigi! ¡Te traje una tarta gigante!" - exclamó Pipo con su trompa levantada y una gran sonrisa.

Luego llegó Tuli.

"¡Feliz cumple, Gigi!" - dijo la tortuga mientras caminaba lento, "Te traje algunas de mis deliciosas hojas verdes, te encantarán."

"¡Qué rico, Tuli! Gracias, son mis favoritas!"

Lalo, el loro, llegó volando, adornado con algunas plumas de colores.

"¡Hey, Gigi! ¡Feliz cumple! Te traje un espectáculo de plumas para que todos disfrutemos!" - dijo Lalo mientras hacía piruetas en el aire.

Finalmente, la pequeña ardilla Susi corrió con unas nueces.

"¡Feliz cumpleaños, Gigi! Lo único que tengo son estas nueces, pero son muy ricas, ¡espero que te gusten!" - dijo Susi, un poco tímida.

"¡Me encantan las nueces, Susi! Gracias a todos por sus regalos" - dijo Gigi, sintiéndose muy feliz.

Todos se sentaron a disfrutar de la fiesta, pero mientras estaban comiendo, se dieron cuenta de que algo no estaba bien.

"¿Dónde está Félix, el ciervo? No ha llegado aún" - preguntó Tuli, mirando a su alrededor.

"Es cierto, él siempre viene a las fiestas" - comentó Pipo, preocupado.

Gigi sintió un pequeño nudo en su estómago. No quería que nadie se sintiera solo en su cumpleaños, así que decidió hacer algo.

"Voy a buscarlo" - dijo Gigi. "Ustedes quédense aquí y sigan comiendo. ¡Volveré enseguida!"

Mientras Gigi se alejaba del lugar de la fiesta, pensó en cómo podía ayudar a su amigo. Sabía que Félix a veces se sentía solo porque era más tímido que el resto. Gigi, con su largo cuello, podía ver más allá desde algunos altos arbustos.

Pronto, vio a Félix sentado bajo un árbol, con la cabeza agachada.

"¡Félix! ¿Por qué no viniste a la fiesta?" - le preguntó Gigi acercándose a él.

Félix levantó su mirada, parecía triste.

"No me siento a la altura de los demás. Son tan divertidos y yo... soy un ciervo tímido" - dijo con un susurro.

"¡Eso no es cierto, Félix! Todos te queremos tal como eres. Ven a la fiesta, te estás perdiendo algo muy especial" - insistió Gigi, tocando suavemente su cuerno.

Félix dudó un momento, pero entonces vio la sonrisa amable de Gigi.

"Está bien, iré" - aceptó finalmente.

Los dos regresaron juntos a la fiesta, y cuando Félix llegó, todos lo recibieron con aplausos.

"¡Félix, por fin llegaste!" - gritó Lalo.

Gigi se sintió aliviada viendo a su amigo integrado en la celebración.

"¡Ahora sí estamos todos!" - exclamó.

La fiesta continuó, cantaron, bailaron y disfrutaron de la tarta de frutas y las nueces. Gigi se dio cuenta de que lo mejor de su cumpleaños no eran los regalos, sino compartir su felicidad con todos sus amigos.

"Gracias, amigos. Este es el mejor cumpleaños de mi vida" - dijo Gigi mientras sonreía.

Y así, el bosque llenó sus ecos con risas y canciones, recordando siempre la importancia de la amistad y de incluir a todos, sin importar sus diferencias. Fin.

FIN.

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