El cumpleaños de Niño Roberto




Había una vez en el tranquilo pueblo de Villa Feliz, un niño llamado Niño Roberto. Era un niño muy especial, siempre alegre y con una gran imaginación. Un día, Niño Roberto decidió celebrar su cumpleaños en el parque, y para su fiesta invitó a sus amigos, incluyendo al Pato Juan.

El Pato Juan era un pato muy curioso, siempre dispuesto a explorar y descubrir cosas nuevas. Al enterarse de la fiesta, decidió llevarle a Niño Roberto un regalo muy especial: una increíble torta de cumpleaños con velas de colores y decorada con sus frutas favoritas.

Al llegar al parque, Niño Roberto y sus amigos se encontraron con la sorpresa del Pato Juan y su increíble regalo. -¡Guau, qué torta tan hermosa! ¡Muchas gracias, Pato Juan! -exclamó Niño Roberto emocionado.

La fiesta comenzó con juegos, música y risas. De repente, una ráfaga de viento derribó la mesa donde estaba la torta, rompiéndola en pedazos. Niño Roberto se puso triste, pero el Pato Juan lo consoló. -No te preocupes, amigo. ¡Vamos a arreglar esto juntos! -dijo el Pato Juan con entusiasmo.

Decidieron improvisar y con la ayuda de todos, juntaron los pedazos de la torta y la reconstruyeron. Aunque no quedó como antes, todos estaban felices de haber trabajado en equipo. -¡Gracias, amigos! Esto es lo mejor que me pudo haber pasado. ¡Esta fue la mejor fiesta de cumpleaños! -dijo Niño Roberto con emoción.

Esa tarde, Niño Roberto aprendió que las cosas pueden salir mal, pero con la ayuda de sus amigos, todo se puede solucionar. Además, descubrió que la verdadera magia de la amistad está en momentos como aquellos, donde juntos superaron un obstáculo y fortalecieron su vínculo. Desde aquel día, Niño Roberto valoró aún más la importancia de la amistad y el trabajo en equipo, y nunca olvidó la lección que le enseñó la torta de cumpleaños.

FIN.

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