El cumpleaños de Pilar y una nueva amistad


Había una vez una familia muy divertida y unida llamada los Canoso. Martincho era el padre, un hombre canoso pero muy activo y cariñoso con su esposa Claudia y sus tres hijos, Catalina, Agustín y la pequeña Oli.

Además, tenían dos primos que siempre venían a visitarlos: Pilar de 5 años y Mateo de 3 años. Un día, decidieron hacer una actividad en familia para celebrar el cumpleaños de Pilar.

Todos estaban emocionados por pasar tiempo juntos y divertirse al aire libre. Fueron al parque cercano donde habían preparado juegos para todos los niños. Al llegar al parque, Agustín notó que había un niño triste sentado solo en un banco.

Se acercó a él para preguntarle qué estaba pasando. El niño dijo que no tenía amigos con quien jugar porque era nuevo en la ciudad y no conocía a nadie. Agustín le sonrió amablemente: "No te preocupes, yo te presentaré a mi hermana Catalina".

Los dos se fueron corriendo hacia donde estaba Catalina jugando con Pilar. "Hola Cata! Este es mi nuevo amigo Tomás", dijo Agustín presentándolos.

Catalina también sonrió: "¡Hola Tomás! ¿Quieres jugar con nosotras?"Tomás asintió emocionado mientras se unía al juego de todos los demás niños. Jugaron juntos durante horas hasta que empezó a oscurecer.

Cuando regresaron a casa esa noche, Martincho les preguntó cómo había sido el día:"Fue genial papá", respondió Agustín entusiasmado "Conocimos a un nuevo amigo y jugamos juntos todo el día". "Eso fue muy amable de tu parte Agustín", dijo Claudia orgullosa "Es importante ayudar a los demás y hacer nuevos amigos".

"Sí, y también aprendimos que no debemos juzgar a alguien sin conocerlo primero", agregó Catalina. Todos estaban contentos de haber pasado un día tan divertido juntos, pero más importante aún, habían aprendido una valiosa lección sobre la amistad y la empatía.

Desde ese día en adelante, Tomás se convirtió en su nuevo amigo y siempre se divierten juntos en el parque.

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