El cumpleaños de Sofía y la amistad sincera
Había una vez una niña llamada Sofía, alegre y divertida, que estaba celebrando su cumpleaños número 8 con una gran fiesta en su casa.
Había invitado a todos sus amigos del colegio, su familia y hasta a su vecinito Martín, con quien compartía juegos y risas desde que tenía memoria. La fiesta estaba en pleno apogeo: la música sonaba fuerte, los globos decoraban el salón y la mesa de dulces lucía espectacular.
Sofía estaba feliz de compartir ese momento especial con las personas que más quería en el mundo. Sin embargo, algo inesperado sucedió esa noche.
En medio de la diversión y las risas, Martín se acercó a Sofía en un rincón tranquilo del jardín y le dijo con seriedad: "Sofía, tenemos que hablar". La niña frunció el ceño sin entender muy bien qué pasaba. "-Creo que deberíamos terminar", dijo Martín con tristeza en sus ojos.
Sofía sintió un nudo en la garganta y sus ojos se llenaron de lágrimas. No podía creer lo que escuchaba. "-¿Por qué? ¿Qué hice mal?", preguntó ella con voz temblorosa.
Martín explicó que había estado sintiéndose incómodo en la relación últimamente y pensaba que lo mejor era dar un paso atrás. La pequeña Sofía no podía contener el dolor que sentía en su corazón. Se alejó corriendo hacia su habitación y se encerró llorando desconsoladamente.
La música de la fiesta parecía lejana mientras ella intentaba comprender por qué algo tan bonito como su relación con Martín debía llegar a su fin. Pasaron unos minutos antes de que alguien tocara tímidamente la puerta de la habitación de Sofía.
Era su abuela, quien se sentó a su lado en silencio y le ofreció un pañuelo para secar sus lágrimas. "-¿Estás bien, mi amor?", preguntó cariñosamente. Sofia sollozando respondió: "-Martín quiere terminar nuestra amistad".
La abuela acarició tiernamente el cabello de Sofía y le recordó lo importante que es expresar lo que sentimos aunque duela: "A veces las personas necesitan espacio para crecer y descubrir quiénes son realmente".
Las palabras sabias de su abuela resonaron en el corazón de Sofía como una melodía reconfortante. Poco a poco, las lágrimas cesaron y una sensación de paz invadió su ser. Se levantó decidida a enfrentar la situación con valentia.
Bajó al jardín donde continuaba la fiesta e hizo señas para llamar la atención de Martín entre los invitados sorprendidos por verla reaparecer después del incidente anterior. Con determinación se acercó a él y le dijo: "-Martín, entiendo tus motivos pero quiero decirte algo... ".
Todos guardaron silencio mientras SofÍa tomaba aire para continuar hablando: "-Acepto tu decisión porque respeto tus sentimientos, pero quiero recordarte todo lo lindo que hemos vivido juntos hasta ahora". Mirando fijamente los ojos azules de Martin agregÓ:"-Quiero seguir siendo tu amiga porque valorO mucho nuestra complicidad".
Los presentes contuvieron el aliento ante estas palabras sinceras pronunciadas por una niña tan joven pero tan sabia al mismo tiempo. MartÍn quedÓ impresionado por esa fortaleza interior demostrada por Sofia e incapaz resistirse aceptÓ seguir siendo amigo.
La fiesta continuÓ mÁs animada qeu nunca ahora iluminada por esa nueva luz surgida tras superar una dificultad inesperada. Desde aquel día, SofÍa aprendiÓ quela comunicaciÓn honesta, lacomprensiÓn mutua, yel valor dela amistad verdadera son fundamentales paracrecer comopersonayenfrentarcualquier desafíoquelavida nos presente.
Y colorin colorado este cuento infantil basadoenuna historia real ha terminadoconunagranleccióndevidaaprendida porel valiosocaminode laverdaderamadurezemocional
FIN.