El cumpleaños encantado de Mateo



Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un adorable dragón llamado Lucas. A diferencia de otros dragones, Lucas no era temido por los habitantes del pueblo, sino que era amado y respetado.

¿La razón? Lucas tenía la capacidad mágica de conceder deseos. Un día soleado, mientras volaba por el cielo azul, Lucas vio a un niño llamado Mateo sentado tristemente en el parque.

Intrigado por el estado de ánimo del niño, Lucas decidió acercarse y preguntarle qué le pasaba. "Hola Mateo ¿Por qué estás tan triste?"- preguntó curioso el dragón. Mateo levantó la cabeza y lo miró sorprendido. "¡Oh! Hola Lucas.

Estoy triste porque mañana es mi cumpleaños y mi familia no tiene dinero para comprar regalos"- respondió con tristeza. Lucas tuvo una idea brillante. "No te preocupes Mateo ¡Yo puedo ayudarte! Tengo poderes mágicos y puedo concederte cualquier deseo que tengas". Los ojos de Mateo se iluminaron de emoción.

"¿De verdad? Entonces... me gustaría tener una fiesta de cumpleaños increíble con todos mis amigos". El dragón asintió con entusiasmo y juntos comenzaron a planear la fiesta perfecta.

Invitaron a todos los niños del pueblo e hicieron decoraciones coloridas utilizando magia. Prepararon juegos divertidos como carreras de sacos y búsqueda del tesoro. También cocinaron ricas golosinas como tortas, helados y caramelos. Cuando llegó el día del cumpleaños de Mateo, el pueblo entero se unió para celebrar.

Los niños estaban emocionados y felices de estar en la fiesta más increíble que habían visto. Lucas volaba por encima, lanzando fuegos artificiales mágicos que iluminaban el cielo. Sin embargo, en medio de la diversión, algo inesperado sucedió.

Unos ladrones intentaron robar los regalos de Mateo. Pero Lucas, con su aguda vista y rápida reacción, los vio y decidió intervenir. Volando velozmente hacia los ladrones, Lucas sopló una ráfaga de fuego que asustó a los malhechores.

Después de eso, llamaron a la policía y fueron arrestados. Mateo estaba impresionado por la valentía y lealtad del dragón. "¡Gracias Lucas! Sin ti mis regalos hubieran sido robados". Lucas sonrió amablemente.

"No hay problema Mateo ¡Eso es lo que hacen los amigos! Estoy aquí para protegerte siempre". La fiesta continuó con más alegría e incluso hubo un momento especial donde todos los niños pudieron pedirle un deseo al dragón mágico.

Al finalizar la fiesta, cada uno recibió un pequeño objeto mágico como recuerdo. Desde ese día en adelante, Villa Esperanza vivió en una continua felicidad gracias a las acciones heroicas de Lucas.

El dragón mágico siguió concediendo deseos a quienes lo necesitaban y protegiendo al pueblo de cualquier peligro. Y así queridos niños y niñas, esta historia nos enseña la importancia del amor, la amistad y el valor de ayudar a los demás.

Nunca subestimen el poder que tienen para hacer una diferencia en la vida de alguien ¡Y recuerden siempre creer en la magia!

FIN.

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