El cumpleaños feliz de José


Era el cumpleaños de José y sus amigos habían preparado una gran fiesta para él. Había globos, juegos, música y por supuesto, un delicioso pastel con velitas. Todos estaban emocionados por celebrar junto a José su día especial.

Pero cuando llegó el momento de soplar las velitas, algo extraño sucedió. José se quedó quieto y triste en su silla. Sus amigos lo notaron y le preguntaron qué pasaba.

"¿Qué pasa José? ¿No quieres soplar las velitas?"- preguntó Ana, la mejor amiga de José. "No sé... no me siento muy feliz hoy"- respondió José con tristeza en su voz. Sus amigos se preocuparon mucho al ver a su amigo triste en su propio cumpleaños.

Intentaron animarlo con canciones y regalos pero nada parecía funcionar. Entonces, Ana tuvo una idea brillante:"¡Ya sé! Vamos a hacer que este sea el mejor cumpleaños de todos los tiempos!"- exclamó Ana emocionada.

Los demás amigos asintieron con entusiasmo y comenzaron a planear cómo hacerlo realidad. Primero decidieron jugar todos juntos a varios juegos divertidos. Luego bailaron al ritmo de la música más movida que encontraron. Después comieron muchísimo pastel hasta reventar (literalmente).

Pero aún faltaba lo más importante: soplar las velas del pastel. Los amigos se acercaron nuevamente al pastel pero esta vez sin presionar a José para que soplara las velas si no quería hacerlo. Fue entonces cuando algo mágico ocurrió: José comenzó a sonreír.

No podía evitarlo, estaba rodeado de sus amigos más queridos y se sentía muy feliz. "¡Gracias por hacer que este sea el mejor cumpleaños de mi vida! ¡Los quiero mucho!"- exclamó José emocionado.

Todos los amigos se abrazaron y juntos soplaron las velas del pastel, mientras pedían un deseo para José. Desde ese día, José aprendió que no siempre es necesario hacer lo que todos esperan de él para ser feliz.

A veces es mejor simplemente disfrutar de la compañía de aquellos que nos quieren tal como somos.

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