El Cumpleaños Mágico de Sofía
Era un hermoso día soleado en la ciudad, y el aire estaba lleno de risas y alegría. La familia de Sofía estaba muy emocionada, porque hoy era el día de su cumpleaños número ocho. Sofía había estado esperando este día durante meses. Tenía una fiesta sorpresa planeada con sus amigos, una torta decorada con su personaje favorito y... ¡baile!
La mamá de Sofía, doña Laura, estaba en la cocina preparando la torta de chocolate con frutillas, mientras su papá, don Jorge, colgaba globos de colores en el jardín.
"¿Cómo va la torta, mamá?" -preguntó Sofía mientras entraba a la cocina, con ojos curiosos.
"Shhh, Sofía. Es una sorpresa. No podés ver cuándo la estamos decorando" -respondió su mamá sonriendo cómplice.
Sofía se cruzó de brazos, un poco decepcionada, pero luego recordó que su mamá siempre hacía las mejores tortas. Salió al jardín donde su hermano mayor, Lucas, estaba organizando los juegos.
"Lucas, ¿qué estás haciendo?" -preguntó Sofía.
"Nada, nada. Apenas estoy probando unos juegos divertidos para la fiesta" -dijo Lucas, intentando que su hermana no sospechara nada.
La tarde fue avanzando y poco a poco los amigos de Sofía comenzaron a llegar. Cada uno traía un regalo envuelto con papeles de colores y sonrisas contagiosas. Sofía, emocionada, los saludó a todos.
"¡Qué bueno que vinieron!" -gritó llena de alegría.
Cuando todos estuvieron listos, doña Laura apareció con la torta decorada con fresas y un enorme “¡Feliz Cumpleaños, Sofía! ” en la parte superior. Todos los niños comenzaron a aplaudir.
"¡Sorpresa! ¡Feliz cumpleaños!" -gritaron a coro mientras Sofía no podía contener las lágrimas de felicidad.
"¡Gracias! ¡Es la mejor torta del mundo!" -respondió mientras sus ojos brillaban.
La fiesta continuó con juegos, risas y baile. Pero de repente, la música se detuvo. Sofía miró a su alrededor confundida.
"¿Qué pasa, Lucas?" -preguntó.
"El equipo de música se quedó sin batería", dijo Lucas preocupado.
Sofía se sintió un poco triste. Sin música no había baile, y el baile siempre era el momento más divertido. Pero ella no iba a rendirse tan fácil.
"Puedo cantar con mis amigos, ¿no?" -dijo Sofía con una idea brillante.
"¡Sí! ¡Eso sería genial!" -exclamó Lucas, emocionándose.
Y así, Sofía se puso delante de sus amigos y comenzó a cantar su canción favorita. Todos, sin pensarlo, comenzaron a bailar y a cantar junto a ella, creando una fiesta aún más divertida que antes.
"¡Esto es mejor que cualquier canción!" -dijo una de sus amigas, Ana.
"¡Sí! ¡Sofía, sos la mejor! ” -gritó Juanita.
La fiesta se llenó de risas, pasos de baile y voces alegres. Todos disfrutaron cada momento, y al terminar la canción, Sofía sonrió satisfecha.
"Vieron que no necesitamos ni la música, si estamos juntos lo pasamos genial" -dijo con alegría.
Finalmente, llegó el momento de cortar la torta. Con mucho cuidado, Sofía pidió un deseo y, al soplar las velitas, todos se unieron en aplausos.
"¡Qué lindo cumpleaños, Sofía!" -comentó una amiga.
"Sí, gracias a todos por estar aquí" -respondió ella.
Esa fue una fiesta que Sofía nunca olvidaría, no solo por la torta deliciosa, sino por haber aprendido que la verdadera alegría no dependía de tener todo perfecto, sino de estar rodeada de sus seres queridos.
FIN.