El Cumpleaños Mágico de Sofía



Era un día muy especial, ya que Sofía estaba a punto de cumplir 9 años. Había decidido celebrar su cumpleaños en el colegio con todos sus compañeros. Desde hacía semanas estaba planeando la fiesta y quería que fuera inolvidable. Sofía estaba emocionada porque su mejor amiga, Lucía, le había prometido ayudarla con todos los preparativos.

- ‘Lucía, ya tengo todo preparado. Vamos a llevar globos, torta y juegos’, dijo Sofía con entusiasmo.

- ‘¡Sí! Además, podemos hacer una mesa de manualidades. A todos les encanta hacer algo creativo’, respondió Lucía.

La mañana del cumpleaños, Sofía y Lucía llegaron temprano al colegio para organizar la fiesta. Colocaron globos de colores por todo el salón y pusieron la torta en el centro de la mesa. Estaban tan absorbidas en su trabajo que no se dieron cuenta de que la mayoría de sus compañeros estaban impacientes.

Cuando llegó la hora de la fiesta, todos los chicos se reunieron alrededor de la mesa. Sofía sonrió y dijo: - ‘¡Gracias por venir a celebrar conmigo! Hoy haremos juegos y al final comeremos torta’.

Mientras jugaban a la búsqueda del tesoro, apareció un nuevo compañero, Mateo. Nadie lo conocía bien, y Sofía decidió invitarlo a unirse a ellos.

- ‘¡Hola, Mateo! Vení a jugar con nosotros. Siempre es más divertido con más chicos’, lo alentó Sofía.

- ‘No sé cómo jugar, ni a dónde ir’, respondió Mateo, algo tímido.

- ‘No te preocupes, yo te enseñaré’, dijo Lucía sonriente.

Los tres comenzaron a jugar y, poco a poco, Mateo se fue sintiendo más cómodo. Sin embargo, justo cuando estaban a punto de entrar en la última ronda de juegos, Sofía se dio cuenta de que su torta había desaparecido.

- ‘¿Dónde está la torta? ’ preguntó angustiada.

- ‘¡No puede ser! Tenía muchas ganas de probarla’, se quejó Lucía.

Todos estaban decepcionados. Sofía se sintió triste al ver a sus amigos desanimados. Entonces se le ocurrió una idea brillante.

- ‘Chicos, no podemos quedarnos sin torta. ¡Vamos a hacer una nueva torta juntos! ’, sugirió.

- ‘¿Cómo? No tenemos ingredientes ni mucho tiempo’, dijo Mateo.

- ‘Podemos usar lo que ya hay en la cocina del colegio y, además, el tiempo que nos queda es suficiente para hacer algo divertido’, respondió Sofía con una sonrisa.

Todos los compañeros se animaron al escuchar la propuesta. Se dirigieron a la cocina con Sofía y empezaron a buscar ingredientes. Rieron y se divirtieron al mezclar la harina, los huevos y el azúcar. Al final, todos colaboraron para decorar la torta con chicles, caramelos y fresas.

- ‘¡Listo! Ahora a meterla al horno’, exclamó Lucía.

- ‘Exactamente. ¿Y ahora qué hacemos mientras se cocina? ’, preguntó Mateo.

- ‘¡Juguemos al escondite! ’, sugirió Sofía con entusiasmo.

Mientras jugaban, el aroma de la torta horneándose llenó el aire. Cuando finalmente la sacaron del horno, todos quedaron maravillados con su creación.

- ‘¡Es la torta más linda que vi! ’ gritó Lucía, mirando las decoraciones.

- ‘Aún más especial porque la hicimos nosotros’, dijo Sofía orgullosa.

Llegó el momento de la verdad. Se reunieron todos alrededor y Sofía encendió las velas. Tanto ella como sus amigos cantaron el feliz cumpleaños más alegre del mundo. Cuando apagó las velas, Sofía decidió hacer un deseo.

- ‘Deseo que siempre tengamos buenos momentos juntos’, exclamó.

- ‘Y que siempre seamos amigos, incluso cuando lleguen nuevos’, agregó Mateo antes de morder su porción de torta.

La fiesta se llenó de risas y juegos, y Sofía se dio cuenta de que no solo había celebrado su cumpleaños, sino que también había creado un espacio donde todos se sintieran incluidos y felices. Al final del día, todos se despidieron con abrazos.

Sofía miró a Lucía y Mateo, sonriendo felizmente.

- ‘Hoy fue el mejor cumpleaños de todos’, afirmó.

- ‘Sí, ¡y la mejor torta también! ’ respondió Mateo.

Desde entonces, los tres se convirtieron en grandes amigos, y cada cumpleaños se volvió una oportunidad para seguir creando memorias y apoyándose unos a otros. Así, Sofía aprendió que la magia de un cumpleaños no radica solo en la comida o en los regalos, sino en estar reunidos con las personas que realmente importan y compartir momentos especiales juntos.

FIN.

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