El cumpleaños sorpresa de mamá
En un pequeño barrio de Buenos Aires, cuatro amigos, Lucas, Sofía, Martín y Clara, estaban muy emocionados porque el cumpleaños de la mamá de Lucas se acercaba. Era un cumpleaños especial: ¡su mamá cumpliría 40 años! Con muchas ganas de hacerle una sorpresa, el grupo se reunió en la casa de Lucas una tarde soleada.
"Chicos, debemos hacer algo increíble", dijo Lucas con una gran sonrisa.
"Sí, pero ¿qué?" preguntó Sofía, mientras pensaba en algo especial.
"Podemos organizar una fiesta sorpresa en el parque", sugirió Martín.
"Me encanta la idea! Pero necesitamos ayuda para que mamá no sospeche nada": comentó Clara, entusiasmada.
Con su plan decidido, los amigos comenzaron a organizarlo todo. Hicieron una lista de cosas necesarias: globos, torta, serpentinas y, sobre todo, los amigos que invitarían. Tenían que actuar con astucia, así que decidieron invitar a todos los amigos de la mamá de Lucas a una reunión 'normal'.
"¡Perfecto! Mientras esté ocupada, nosotros nos encargamos de los preparativos", concluyó Lucas.
El día del cumpleaños llegó, pero antes de que mamá de Lucas saliera de casa, los niños sabían que tenían que apurarse. Se pusieron de acuerdo con los demás amigos y se dividieron las tareas. Sofía y Clara se encargarían de los globos y la decoración, mientras que Lucas y Martín irían a buscar la torta.
Cuando llegaron al parque, comenzó la parte más divertida: preparar todo antes de que mamá llegara. Pero, de repente, un giro inesperado. Al abrir la tienda de tortas, se dieron cuenta de que la única torta que quedaba era de frutilla, ¡y a la mamá de Lucas no le gusta la frutilla!"¿Qué hacemos ahora?", preguntó Lucas preocupado.
"Tal vez podamos personalizarla. ¿Tienen chocolate o crema?", sugirió Martín.
"Sí, podría ser. Vamos a pedir un poco de eso", propuso Sofía.
Mientras tanto, Clara se quedó en el parque cuidando que nadie llegara. Cuando todo estaba listo, los niños se sintieron aliviados. Habían logrado modificar la torta y decorarlo todo. Volvieron a casa de Lucas, y al rato se escuchó el timbre. ¡Era mamá!"¿Chicos, están en casa?" preguntó desconcertada, justo antes de abrir la puerta del parque.
"¡Sorpresa!", gritaron todos.
La mamá de Lucas se quedó sorprendida. Tenía los ojos llenos de lágrimas de felicidad. No podía creer que todos sus amigos estuvieran allí para festejar su cumpleaños.
"¡Qué maravilla! No se lo esperaban, esto es increíble", exclamó emocionada.
La fiesta se llenó de risas, juegos y música. Los amigos de la mamá de Lucas trajeron regalos, y todos compartieron anécdotas divertidas. En un momento, Lucas se acercó a su mamá, que estaba sentada en una mesa con la torta que habían amado tanto, revestida de chocolate.
"Mamá, qué bueno verte feliz. Espero que te guste la torta por más que sea de frutilla", le dijo Lucas.
"Me encanta, mi amor, la torta es solo una parte de este día que me hace tan especial: ustedes son lo más importante", respondió su mamá con una gran sonrisa.
La fiesta fue un éxito, y Lucas, Sofía, Martín y Clara aprendieron que con esfuerzo, creatividad y trabajo en equipo, se pueden hacer grandes cosas, como sorprender a la persona que amas. Al final del día, se despidieron de la mamá de Lucas.
"Gracias por ser la mejor mamá del mundo y por uno de los días más inolvidables". Luego, todos se abrazaron, riendo y prometiendo que el año siguiente harían algo todavía más sorprendente. ¡Y así, todos aprendieron lo importante que es valorar a aquellos a quienes amamos y celebrar siempre las pequeñas y grandes cosas de la vida!
FIN.