El curioso Samuel y su aventura en el colegio



En un colegio muy especial, había un niño llamado Samuel. Era un niño muy curioso y siempre estaba en busca de emocionantes aventuras.

Cuando sonaba el timbre para cambiar de clase, en lugar de dirigirse a su aula, Samuel recorría los pasillos del colegio, explorando cada rincón y prestando atención a todo lo que ocurría a su alrededor.

Su espíritu inquieto lo llevaba a observar cómo la señora Marta, la encargada de la limpieza, trabajaba arduamente para mantener impecables los pasillos. También ayudaba a reparar los pupitres rotos, regaba las plantas del patio y siempre estaba dispuesto a ofrecer una sonrisa a quienes la necesitaban.

Aunque sus maestros se preocupaban por su ausencia en clase, no podían evitar sentirse conmovidos por la bondad y el deseo de ayudar que caracterizaban a Samuel. Un día, la directora del colegio, la señorita Laura, decidió llamar a Samuel a su despacho para conversar con él.

- Samuel, entiendo que tienes un espíritu aventurero y una gran voluntad para ayudar a los demás, pero es importante que también prestes atención en clase y cumplas con tus responsabilidades como estudiante, le dijo la directora con ternura.

Samuel escuchó con atención las palabras de la señorita Laura y, con una sonrisa en el rostro, prometió esforzarse más para encontrar un equilibrio entre explorar el colegio y cumplir con sus compromisos académicos.

A partir de ese día, Samuel continuó con su espíritu inquieto, pero también aprendió a priorizar sus responsabilidades estudiantiles. Cuando terminó el año, la señorita Laura llamó a Samuel a su despacho una vez más, esta vez para felicitarlo por sus mejoras y dedicación.

Samuel se sintió muy orgulloso y comprendió que podía combinar su curiosidad y su deseo de ayudar con sus obligaciones escolares. Desde entonces, se convirtió en un ejemplo para sus compañeros, demostrando que ser curioso y solidario no estaba reñido con ser un buen estudiante.

Y así, el colegio se llenó de la alegría y la ayuda desinteresada de Samuel, quien descubrió que, aunque su espíritu inquieto lo llevara a recorrer nuevos caminos, siempre debía recordar la importancia del compromiso y la responsabilidad.

Y así fue como Samuel logró encontrar el equilibrio perfecto entre ser aventurero, solidario y estudioso, convirtiéndose en un modelo a seguir para todos en el colegio.

FIN.

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