El cuy mentiroso y el zorro inocente
Había una vez en una pradera encantada un cuy llamado Tito, que era conocido por ser un gran mentiroso. Tito siempre inventaba historias para impresionar a los demás animales, pero un día su mentira le jugó una mala pasada.
Un zorro inocente llamado Mateo vivía en el bosque cercano y era conocido por su bondad y su ingenuidad. Un día, Tito se acercó a Mateo y le contó que había visto un árbol que daba peras de oro en el corazón del bosque. Mateo, emocionado por la noticia, le pidió a Tito que lo llevara a ese maravilloso árbol.
Tito, con su astucia, llevó a Mateo a un árbol normal y corriente, y le dijo que este era el famoso árbol de peras de oro. El zorro, con gran ilusión, empezó a buscar las peras mágicas, sin darse cuenta de que Tito se reía a sus espaldas.
Pasaron los días y Mateo no encontraba las peras de oro. Finalmente, el zorro entendió que había sido engañado por el mentiroso cuy. Al principio, se sintió triste y decepcionado, pero luego comprendió que la verdadera riqueza no está en las peras de oro, sino en la sinceridad, la amistad y la honestidad.
Mateo confrontó a Tito y le pidió explicaciones. Tito, avergonzado, le pidió perdón y prometió no mentir más. Los dos animales, a pesar de todo, se hicieron amigos. Desde ese día, Tito se convirtió en un cuy honesto y aprendió que la verdad siempre es la mejor opción. Y Mateo descubrió que no hay riqueza más valiosa que la amistad verdadera.
La pradera encantada volvió a ser un lugar de armonía y respeto, donde cada animal aprendió que la honestidad y la amistad son tesoros invaluables.
FIN.