El Dado de los Colores



En el reino de Arcoíris, donde todos los colores brillaban en armonía, había un dado mágico que podía cambiar los colores del mundo. Este dado estaba guardado en la Torre de los Sueños, custodiado por un pequeño dragón de colores llamado Brillito.

Un día, un grupo de amigos - Lía, una niña curiosa; Tomás, un niño aventurero y Ana, una niña creativa - decidieron visitar la torre para ver si podían jugar con el dado.

"¡Hola, Brillito!" - exclamó Lía entusiasmada. "¿Podemos jugar con el dado de los colores?"

"Solo si saben que cada color tiene su propia magia y también sus responsabilidades" - respondió Brillito, moviendo sus alas de colores.

Los niños aceptaron la condición y Brillito les entregó el dado. Al tirarlo, un hermoso color azul brilló intensamente.

"¡Mirá, es azul!" - gritó Tomás.

"Ese es el color de la calma y la tranquilidad" - explicó Brillito. "Cuando está presente, todos se sienten en paz. Pero hay que recordar que no podemos usarlo en todos los momentos, necesitamos considerar a los demás."

Los niños decidieron usar el azul para calmar a una archirrivalidad de la escuela que siempre estaba en conflicto, ayudando a que todos se sintieran más tranquilos.

Sin embargo, después de un rato, se dieron cuenta de que nadie estaba jugando y que la diversión había desaparecido.

"Siento que algo falta" - murmuró Lía.

"Sí, parece que todos están tan tranquilos que se olvidaron de divertirse" - añadió Ana.

Decidieron tirar el dado otra vez, esta vez salió un brillante amarillo.

"¡Amarillo!" - exclamó Ana "Eso es alegría y diversión!"

Los amigos se fueron a una plaza y empezaron a jugar, llenando el lugar de risas.

"¡Esto es genial!" - gritó Tomás mientras saltaba.

Sin embargo, notaron que algunos, al ver tanto ruido, empezaron a alterarse.

"Tal vez necesitamos un poco de calma de nuevo" - dijo Lía.

Así que tiraron el dado de los colores otra vez, y salió un color verde.

"¡Verde!" - dijo Brillito con una sonrisa "Ese color trae equilibrio. Vamos a usarlo para que todos se sientan cómodos juntos."

Así, los niños decidieron mezclar juegos tranquilos y juegos animados, creando un espacio donde todos pudieron disfrutar. Pero al tirarlo una vez más, salió un color gris.

"¿Gris?" - preguntó Tomás preocupado. "¿Qué significa eso?"

"Es un color que representa confusión y tristeza" - explicó Brillito. "Pero también puede ser una oportunidad. Cuando sientas gris, es momento de hablar y expresar lo que sientes."

Los niños decidieron usar el gris para tener un momento de reflexión. Se sentaron y hablaron sobre sus miedos y dudas. Al hacerlo, todos se sintieron más ligeros y comprendidos.

"¡Mirá, el sol está saliendo!" - dijo Lía emocionada. "El gris también puede irse y dar paso a la luz del nuevo día."

Sintiendo la energía de la reconciliación, decidieron lanzar el dado de nuevo. Esta vez salió un color naranja.

"¡Naranja!" - gritó Ana. "Eso significa creatividad y entusiasmo. ¿Qué hacemos con eso?"

Con el nuevo color, comenzaron a pintar el parque y crearon hermosas obras de arte en las paredes. El lugar se llenó de vida, risas y alegría.

"Ya entendí, cada color tiene su momento y hay que saber usarlos" - dijo Lía felizmente.

Brillito asintió con la cabeza.

"Así es. Tienen que aprender a mezclar colores, así como deben mezclar emociones" - explicó el dragón.

Después de un día lleno de lecciones y descubrimientos, los amigos decidieron devolver el dado a la Torre de los Sueños, prometiendo visitar de nuevo.

"Gracias, Brillito! Aprendimos que hay un tiempo para la calma, un tiempo para la diversión y un tiempo para la reflexión" - dijo Ana.

"Siempre estaré aquí para recordarles que los colores son importantes, pero siempre deben ser usados con sabiduría" - respondió Brillito, despidiéndolos con una sonrisa.

Y así, los niños regresaron a casa con un nuevo entendimiento sobre la magia de los colores y las emociones, sabiendo que cada una tiene su lugar y estilo, y que juntos pueden hacer del mundo un lugar mejor.

FIN.

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