El Defensor de la Infancia


Había una vez en un colorido pueblo llamado Alegría, donde vivía un niño curioso y travieso llamado Mateo.

Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, escuchó a su abuelita hablar sobre la Ley de Infancia y Adolescencia. Intrigado, Mateo decidió preguntarle a su abuelita qué era esa ley tan importante. Ella lo llevó a la biblioteca del pueblo, donde encontraron al amable bibliotecario Don Andrés dispuesto a ayudarlos.

"¿Qué es la Ley de Infancia y Adolescencia?", preguntó Mateo con curiosidad.

Don Andrés sonrió y explicó: "Es una ley que protege los derechos de todos los niños y adolescentes, como el derecho a la educación, a ser cuidados adecuadamente y a vivir en un ambiente seguro". Los ojos de Mateo se iluminaron al escuchar esto. Quería aprender más sobre cómo esta ley podía hacer del mundo un lugar mejor para él y sus amigos. Así que decidió investigar más sobre el tema.

Mientras tanto, en el pueblo vecino de Tristeza, había un villano llamado Sr. Malvado que no le gustaba seguir las reglas. Él quería que los niños trabajaran para él en lugar de ir a la escuela o jugar libremente.

Un día, cuando Mateo estaba investigando en la biblioteca, vio al Sr. Malvado causando problemas en el parque del pueblo. Estaba tratando de convencer a algunos niños para que dejaran la escuela y se unieran a él.

Mateo sabía que eso estaba mal y recordó lo importante que era respetar la Ley de Infancia y Adolescencia para protegerse a sí mismo y a sus amigos. Decidió actuar rápidamente. Corrió hacia el parque e interrumpió al Sr.

Malvado justo antes de convencer a los niños. Con valentía, les explicó por qué era crucial respetar sus derechos como niños y cómo la ley estaba allí para protegerlos. El Sr.

Malvado se sorprendió al ver la determinación de Mateo y decidió marcharse sin causar más problemas. Los niños del pueblo aplaudieron emocionados por el coraje de su amigo.

Desde ese día en adelante, Mateo se convirtió en un defensor activo de la Ley de Infancia y Adolescencia en su comunidad. Ayudaba a difundir información sobre los derechos de los niños y aseguraba que todos pudieran crecer felices y seguros.

Y así, gracias al conocimiento adquirido sobre esta importante ley, Mateo demostró que incluso un niño pequeño puede marcar una gran diferencia cuando se trata de proteger los derechos fundamentales de todos los niños.

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