El Defensor de la Paz


Había una vez, en una lejana y hermosa selva, un dinosaurio muy especial. Era de un color rojo vibrante y tenía unas enormes garras afiladas. Todos los demás dinosaurios lo admiraban por su fuerza y valentía.

Pero este dinosaurio tenía un problema: se enojaba con mucha facilidad. A la menor provocación, se convertía en una verdadera tormenta de furia.

No importaba si era algo insignificante o si alguien simplemente lo miraba de manera extraña, él perdía el control. Un día soleado, mientras caminaba por la selva, el dinosaurio rojo vio unas hermosas flores multicolores que adornaban el paisaje. Sin pensarlo dos veces, decidió probarlas y las devoró con ansias.

Para su sorpresa, después de comer las flores algo extraño comenzó a pasarle. Su cuerpo dejó de sentirse pesado y sus garras ya no parecían tan filosas como antes. Además, sentía una paz interior que nunca había experimentado.

Intrigado por esta sensación nueva, decidió investigar sobre las flores que había comido. Se acercó a un grupo de sabios dinosaurios herbívoros para pedirles consejo.

"¡Hola! He comido unas flores deliciosas y me siento diferente ¿saben qué tipo son?"- preguntó el dinosaurio rojo con entusiasmo. Los sabios dinosaurios sonrieron al verlo y uno de ellos respondió amablemente: "Esas flores son conocidas como —"Florexquisitas" . Son especiales porque contienen nutrientes que solo pueden ser aprovechados por los dinosaurios herbívoros.

Parece que has descubierto tu verdadera naturaleza". El dinosaurio rojo quedó asombrado al escuchar esto.

Durante toda su vida había creído ser un carnívoro feroz, pero ahora se daba cuenta de que su cuerpo y su mente estaban diseñados para disfrutar de las delicias vegetales. A partir de ese día, el dinosaurio rojo decidió cambiar su forma de actuar. Ya no se enojaría tan fácilmente y buscaría soluciones pacíficas a sus problemas.

Con el tiempo, el dinosaurio rojo se convirtió en un gran defensor de la paz en la selva. Ayudaba a resolver conflictos entre otros dinosaurios y enseñaba a todos la importancia de respetar las diferencias.

La historia del dinosaurio rojo se difundió por toda la selva y muchos otros dinosaurios aprendieron valiosas lecciones gracias a él. Aprendieron que debemos aceptarnos tal como somos y que no siempre lo que aparentamos ser es lo que realmente somos.

Y así, el dinosaurio rojo vivió una vida llena de amor, amistad y respeto hacia los demás habitantes de la selva. Su transformación fue inspiradora para todos aquellos que tenían dificultades para controlar su ira o aceptarse a sí mismos.

Desde entonces, cada vez que veas un hermoso paisaje lleno de flores multicolores, recuerda al valiente dinosaurio rojo y cómo descubrió su verdadera naturaleza herbívora. Y tú también podrás encontrar tu camino hacia una vida llena de armonía y felicidad.

Dirección del Cuentito copiada!