El desafío de Escarabajo

todos de su habilidad, Escarabajo decidió organizar un gran concurso en el pueblo. Anunció que aquel que le planteara un enigma imposible de resolver, recibiría como premio una bolsa llena de monedas de oro.

La noticia corrió como la pólvora y pronto se formaron largas filas frente a la humilde casita de Escarabajo. El primer desafiante fue un anciano sabio del pueblo, quien le planteó el siguiente enigma: "Tiene ojos y no ve, tiene agua y no bebe".

Escarabajo pensó durante unos minutos y finalmente respondió: "Es una nube". El anciano asintió impresionado y recibió su bolsa de monedas de oro.

El segundo desafiante fue una joven pastora, quien le dijo: "Camina sin pies, vuela sin alas y llora sin ojos". Escarabajo sonrió y contestó: "Es una nube nuevamente". La pastora quedó sorprendida por la astucia del campesino adivino y también recibió su premio.

Así pasaron varios días con diferentes retos planteados por los habitantes del pueblo, pero Escarabajo siempre lograba resolverlos con ingenio y perspicacia. Su fama crecía cada vez más hasta que un día llegó al pueblo un forastero arrogante que deseaba poner a prueba al adivino.

"Tengo algo en mis manos que ni siquiera tú puedes adivinar", desafió el forastero con soberbia. Escarabajo aceptó el reto sin dudarlo.

El forastero extendió sus manos mostrando dos piedras idénticas y desafió a Escarabajo a averiguar cuál estaba caliente y cuál estaba fría, sin tocarlas ni acercarse demasiado. Escarabajo observó atentamente las piedras durante un momento e inesperadamente pidió al forastero que las pusiera juntas en sus manos.

Luego cerró los puños del forastero sobre las piedras por unos segundos antes de pedirle que las separara nuevamente. "La piedra izquierda está caliente porque ha absorbido tu calor al sostenerla tanto tiempo cerrada en tu mano", explicó Escarabajo con seguridad.

El forastero abrió sus manos para comprobarlo y quedó boquiabierto al ver que el campesino tenía razón. El pueblo estalló en aplausos ante la brillante demostración de inteligencia de Escarabajo.

Desde ese día, todos reconocieron su talento como adivino verdadero y él continuó resolviendo misterios y ayudando a los demás con sus agudas habilidades mentales. Y así, el astuto campesino pobre se convirtió en una leyenda local admirada por todos gracias a su ingenio incomparable.