El desafío de limpiar el Parque Encantado


Había una vez en el tranquilo y mágico Parque Encantado, donde las flores bailaban al compás del viento y los animalitos hablaban entre sí, un Elfo misterioso apareció frente a los niños y niñas que paseaban por el parque. El Elfo, con su voz suave, les dijo: 'Queridos niños y niñas, no soy tan malo como piensan. Mundialito, el hada de la alegría, aparecerá pronto si cumplen todos los desafíos.' Los niños y niñas se miraron asombrados, sin saber qué desafíos les esperaban.

- '¡Pero no puede ser verdad!' exclamó Sofía, la niña más valiente del Parque Encantado, '¡Por qué el municipio está tan sucio! ¿Qué podemos hacer para limpiar el parque? ¿Cómo podemos ayudar?' El Elfo sonrió y les explicó que habían aparecido unas criaturas traviesas que tiraban basura por doquier, impidiendo que el Parque Encantado brillara con su esplendor. Les propuso un desafío: debían formar equipos y recolectar la mayor cantidad de basura posible en un día, para devolverle la magia al parque.

Los niños y niñas asintieron, emocionados por la misión que tenían por delante. Divididos en equipos, se pusieron manos a la obra, recogiendo papeles, envases y plásticos, mientras los animalitos del parque les ayudaban señalando los lugares donde la basura se escondía. Con esfuerzo y trabajo en equipo, lograron recolectar tanta basura que el Parque Encantado relucía más que nunca.

Cuando el sol comenzaba a ocultarse, el Elfo apareció nuevamente, visiblemente contento. '¡Han cumplido con el desafío!', exclamó. 'Mundialito, el hada de la alegría, está muy complacida con su valentía y esfuerzo. Pero aún queda un último desafío'. Los niños y niñas, agotados pero felices, escucharon atentamente.

- 'Deben comprometerse a cuidar y mantener limpio el Parque Encantado, para que su magia perdure en el tiempo', dijo el Elfo. Todos, con determinación, prometieron cuidar el parque y no permitir que la basura volviera a invadirlo. Y así, Mundialito, el hada de la alegría, apareció entre risas y destellos, agradeciendo a los niños y niñas por su valentía y compromiso, otorgándoles momentos de alegría y diversión.

Desde ese día, el Parque Encantado permaneció limpio y radiante, recordándoles a todos que juntos, con esfuerzo y amor por la naturaleza, pueden lograr grandes cosas.

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