El desafío de los abrazos


Había una vez una niña llamada Esperanza, a quien le encantaba pintar y practicar artes marciales. Estaba muy emocionada porque pronto cumpliría 9 años y tenía grandes planes para su fiesta de cumpleaños.

Esperanza vivía con su mamá Gi, su papá Pocho y su hermana mayor de 16 años. También tenía un grupo de amigas increíbles: Naza, Martu, Nay, Emilia y Guillermina. Además, contaba con dos amigos especiales: Lauty y Axel.

Un día antes del cumpleaños de Esperanza, ella se encontró con todas sus amigas en el parque para contarles sobre la gran sorpresa que había planeado para su fiesta.

Las chicas estaban entusiasmadas por celebrar junto a Esperanza y prometieron ayudarla en todo lo que necesitara. Cuando llegó el día del cumpleaños de Esperanza, toda la casa estaba decorada con globos coloridos y luces brillantes. Sus padres habían preparado una mesa llena de comida deliciosa y regalos envueltos con papel brillante esperaban ser abiertos.

La diversión comenzó cuando las amigas de Esperanza llegaron vestidas como artistas marciales. Todas llevaban cinturones multicolores e hicieron una demostración de sus habilidades frente a los invitados.

Fue un espectáculo impresionante lleno de patadas altas y movimientos rápidos. Después del show, todos disfrutaron jugando juegos divertidos como "Pinta tu camino" donde debían correr mientras pintaban un mural gigante en el suelo usando pinceles y pintura lavable.

También jugaron a "La carrera de la risa" en la que tenían que reír mientras corrían, ¡y el primero en llegar a la meta ganaba! Mientras todos se divertían, Esperanza notó que Axel estaba un poco triste. Se acercó a él y le preguntó qué le pasaba.

Axel le contó que no sabía cómo hacer amigos nuevos porque era tímido. Esperanza pensó por un momento y luego tuvo una idea brillante.

Reunió a todas las amigas y les propuso ayudar a Axel a superar su timidez organizando un juego especial llamado "El desafío de los abrazos". Cada uno debía darle un abrazo cálido y amigable para mostrarle lo importante que era para ellos. Axel aceptó el desafío con una sonrisa.

Una por una, las amigas fueron dándole un abrazo amoroso y al finalizar, Axel se sentía más seguro de sí mismo y listo para hacer nuevos amigos.

Desde ese día, Axel siempre estuvo rodeado de amigos gracias al cariño y apoyo que recibió de Esperanza y sus amigas. La fiesta continuó con risas, juegos emocionantes y deliciosos pasteles.

Todos disfrutaron mucho celebrando el cumpleaños de Esperanza, pero lo más importante fue la lección valiosa que aprendieron sobre la importancia de ser amables con los demás. Esperanza se dio cuenta de cuánto amor había en su vida: tenía una familia cariñosa, grandes amigos dispuestos a ayudarla e incluso pudo hacer feliz a alguien como Axel.

A medida que crecía, Esperanza siguió pintando y practicando artes marciales, pero siempre recordaba la importancia de ser amable y ayudar a los demás. Ella sabía que eso era lo que realmente hacía especial su cumpleaños: el amor y la amistad compartidos.

Y así, Esperanza siguió viviendo aventuras emocionantes junto a su familia y amigos, dejando una huella de felicidad en cada corazón que tocaba.

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