El desafío de Pedro contra el diablo



Había una vez un chófer de tren llamado Pedro, quien era muy valiente y siempre estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío.

Un día, mientras conducía su tren por la noche, algo inesperado ocurrió: el diablo se le apareció justo en medio de la vía. Pedro no podía creer lo que veían sus ojos. El diablo tenía cuernos puntiagudos, una cola larga y roja, y unos ojos brillantes que parecían arder en llamas.

El miedo se apoderó de él y su corazón comenzó a latir rápidamente. "¡Ayuda! ¡Socorro!", gritaba Pedro asustado mientras intentaba frenar el tren. Pero el diablo solo sonreía maliciosamente y se burlaba de él. Parecía disfrutar del miedo que provocaba en los demás.

Sin embargo, Pedro sabía que no podía dejarse dominar por el miedo y decidió tomar cartas en el asunto. Con valentía, tomó todas sus fuerzas y decidió enfrentar al diablo cara a cara.

Se acercó lentamente hacia él con determinación mientras repetía para sí mismo: "No tengo miedo". El diablo quedó sorprendido al ver la actitud decidida de Pedro. No esperaba encontrarse con alguien tan valiente como él. Entonces, decidió proponerle un trato.

"Si logras superar tres pruebas difíciles sin tener miedo, te dejaré continuar tu camino sin causarte ningún problema", dijo el diablo con una sonrisa perversa. Pedro aceptó el desafío sin dudarlo porque sabía que debía demostrarle al diablo que no se dejaría intimidar.

La primera prueba consistió en cruzar un puente muy estrecho y oscuro sobre un abismo profundo. Pedro caminó con cautela y, aunque su corazón latía acelerado, logró llegar al otro lado sin caerse ni sentir miedo.

El diablo quedó sorprendido por su valentía. La segunda prueba fue enfrentarse a una jauría de perros feroces que parecían dispuestos a atacarlo.

Pedro recordó todas las veces en las que había superado dificultades en su vida y decidió no dejarse vencer por el miedo. Con calma y seguridad, logró controlar a los perros y hacerlos retroceder. El diablo estaba cada vez más impresionado por la fuerza interior de Pedro.

Sin embargo, decidió ponerlo a prueba una última vez antes de cumplir con su promesa. La tercera prueba consistió en atravesar un laberinto oscuro lleno de trampas peligrosas. Pedro sabía que debía mantener la calma y concentrarse para encontrar la salida.

A pesar del temor que sentía, siguió adelante sin rendirse hasta finalmente salir victorioso del laberinto. El diablo quedó asombrado ante la valentía y determinación de Pedro para superar sus pruebas. Cumpliendo su palabra, desapareció dejando libre el camino para continuar el viaje del tren.

Pedro aprendió una gran lección esa noche: nunca debemos permitir que el miedo nos controle o nos detenga en nuestro camino hacia nuestros sueños.

La valentía está dentro de cada uno de nosotros, solo tenemos que confiar en nosotros mismos y enfrentar nuestros miedos. Desde aquel día, Pedro se convirtió en un ejemplo de coraje para todos. Su historia inspiró a muchas personas a no dejarse intimidar por los obstáculos y a luchar por lo que creen.

Y así, el chófer de tren se convirtió en un héroe en su comunidad, recordando siempre la noche en la que venció al diablo.

FIN.

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