El desafío de ser nueva



Había una vez una niña llamada Mary, quien era muy valiente y curiosa. Un día, sus padres le dieron la noticia de que se mudarían a una nueva ciudad y ella tendría que comenzar en una nueva escuela.

Mary estaba emocionada pero también un poco nerviosa por lo desconocido. Sabía que ser la nueva no siempre era fácil, pero decidió enfrentar el desafío con entusiasmo y positividad.

El primer día de clases, Mary llegó temprano a la escuela con su mochila llena de libros y su corazón lleno de esperanza. Al entrar al salón, todos los ojos se volvieron hacia ella. Los niños murmuraban entre ellos mientras Mary buscaba un lugar donde sentarse.

Justo cuando pensaba que nadie se acercaría a hablarle, un chico llamado Tom se acercó a ella con una sonrisa amistosa en su rostro. - ¡Hola! Soy Tom -dijo el chico extendiendo su mano hacia Mary-.

¿Eres la nueva estudiante? Mary asintió tímidamente y estrechó la mano de Tom. - Sí, soy Mary. Es mi primer día aquí -respondió ella con voz suave. Tom le mostró amablemente un asiento vacío junto a él y comenzaron a charlar sobre sus intereses comunes.

Resulta que ambos disfrutaban de leer libros de aventuras y jugar al fútbol en el recreo. A medida que pasaban los días, Mary fue haciendo nuevos amigos en la escuela.

Conoció a Laura, una chica creativa que siempre tenía ideas divertidas para hacer manualidades; a Juanito, un niño inteligente apasionado por las matemáticas; y a Sofía, una niña amable que siempre estaba dispuesta a ayudar. Juntos, Mary y sus nuevos amigos formaron un equipo inseparable.

Pasaban tiempo juntos en la escuela y también después de clases. Aprendieron cosas nuevas unos de otros y se apoyaron mutuamente en cada desafío que enfrentaban.

Un día, durante el recreo, Mary notó que algunos niños estaban molestando a un compañero llamado Lucas. Se acercó valientemente al grupo y les pidió que dejaran de hacerlo. - ¡Oigan! No está bien burlarse de alguien solo porque es diferente -dijo Mary con voz firme-.

Todos somos únicos y especiales de nuestra propia manera. Los niños se quedaron sorprendidos por la valentía de Mary. Algunos reflexionaron sobre sus acciones y decidieron disculparse con Lucas. A partir de ese día, todos los estudiantes aprendieron a respetarse mutuamente sin importar las diferencias.

La historia de Mary como nueva estudiante inspiró a muchos en la escuela. La directora decidió organizar una asamblea especial donde Mary fue invitada para contar su experiencia.

- Queridos estudiantes -comenzó Mary-, quiero compartirles algo importante: nunca tengan miedo de ser ustedes mismos y defender lo que es correcto. Las diferencias nos hacen especiales y si nos aceptamos unos a otros, podemos crear un ambiente escolar maravilloso donde todos puedan crecer y aprender juntos.

Al final del discurso, todos los alumnos aplaudieron emocionados mientras la directora le entregaba a Mary un premio especial por su valentía e inspiración.

Desde ese día en adelante, la escuela se convirtió en un lugar donde todos los estudiantes eran valorados y respetados. Mary demostró que ser la nueva puede ser una oportunidad para hacer amigos, aprender cosas nuevas y crear un cambio positivo.

Y así, Mary siguió siendo una niña valiente y curiosa, siempre lista para enfrentar nuevos desafíos y hacer del mundo un lugar mejor con su amabilidad y comprensión.

FIN.

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