El desafío del queso



Había una vez, en un hermoso bosque de Argentina, un león llamado León y un ratoncito llamado Ratón.

León era el rey del bosque y vivía en una gran cueva, mientras que Ratón vivía en un pequeño agujero cerca de la orilla del río. Un día soleado, mientras Ratón buscaba comida por el bosque, se topó con una casa abandonada. La curiosidad lo invadió y decidió entrar para explorar.

Para su sorpresa, encontró una cama muy cómoda y apetitosa a la vista. Ratón no podía resistirse a probarla y se acostó en ella. Pero justo cuando estaba disfrutando de su siesta improvisada, escuchó unos pasos fuertes acercándose rápidamente a la casa.

¡Era León! León entró a la casa buscando refugio del sol abrasador y vio al pequeño Ratón acostado en su cama.

Enfadado por haber encontrado intruso en su hogar, León rugió furioso: "¡¿Qué haces tú aquí? ! Esta es mi casa y mi cama". Ratón temblaba de miedo pero respondió valientemente: "-Perdona mi atrevimiento, señor León. Estaba explorando y me pareció muy cómoda tu cama". León pensó por un momento y luego sonrió maliciosamente: "Bien...

si quieres quedarte aquí debes ganarte tu lugar". Y con eso, lanzó un desafío al ratoncito: "Si logras traerme queso suficiente para llenar toda esta habitación antes del anochecer, te permitiré quedarte". Ratón sabía que era una tarea difícil, pero no se rindió.

Corrió lo más rápido que pudo hacia el pueblo cercano y buscó por todas partes algún queso. Pero para su desgracia, no había ni un solo trozo de queso en todo el pueblo.

Decepcionado pero decidido a cumplir su promesa, Ratón decidió ir a la granja del viejo Don José. Allí encontró unas vacas amigables y les pidió ayuda: "-¡Amigas vacas! ¿Podrían darme algo de leche para hacer queso?"Las vacas accedieron encantadas y Ratón comenzó a trabajar duro.

Con sus pequeñas patitas, mezclaba la leche con los ingredientes necesarios para hacer queso casero. Pasaron las horas y Ratón estaba agotado, pero finalmente logró hacer suficiente queso para llenar la habitación.

Corrió de regreso a la casa abandonada justo antes del anochecer y presentó su creación ante León. El rey del bosque quedó sorprendido al ver el esfuerzo del ratoncito y sonrió gratamente: "Has demostrado ser valiente y perseverante, Ratón.

A partir de ahora, esta cama será también tu hogar". Desde ese día en adelante, León y Ratón se convirtieron en los mejores amigos. León aprendió que no importa cuán pequeño seas, siempre puedes lograr cosas grandes si tienes determinación y valentía.

Y así vivieron felices en el bosque argentino, compartiendo aventuras juntos mientras enseñaban a todos los animales sobre la importancia de ayudarse mutuamente y valorar las habilidades de cada uno, sin importar su tamaño.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!