El desafío del troll
Había una vez un hermoso bosque encantado donde vivían criaturas mágicas de todo tipo. Entre ellas se encontraba un valiente dragón llamado Dante y un travieso duende llamado Lucas.
Un día, mientras Dante volaba sobre el bosque, vio a Lucas corriendo de un lado a otro con una expresión preocupada en su rostro. - ¡Hola Lucas! ¿Qué te pasa? - preguntó el dragón con curiosidad. El duende suspiró y respondió: "Dante, he perdido mi varita mágica.
Sin ella no puedo hacer magia y estoy muy triste". Dante entendió lo importante que era la varita para Lucas y decidió ayudarlo a encontrarla.
Juntos comenzaron a buscar por todo el bosque, revisando cada rincón y reagarrando pistas que los llevaran al paradero de la varita perdida. Después de mucho buscar, encontraron unas huellas extrañas en el suelo. Siguiendo las huellas, llegaron hasta una cueva oscura donde vivía un malvado troll llamado Grunthor.
- ¡Hola Grunthor! - dijo Dante amablemente-. Estamos buscando la varita mágica de Lucas. ¿La has visto? El troll gruñó y dijo: "Sí, la tengo aquí dentro... pero no se los daré tan fácilmente".
Grunthor les propuso un desafío: si Dante lograba cruzar su cueva sin ser atrapado por sus trampas mortales, le entregaría la varita mágica. Sin pensarlo dos veces, Dante aceptó valientemente el reto.
Con cada paso que daba en la cueva, Dante debía esquivar lanzas afiladas, trampas de fuego y fosos llenos de serpientes venenosas. El dragón demostró su agilidad y astucia al sortear cada obstáculo sin problemas. Finalmente, llegó al final de la cueva donde encontró la varita mágica.
Pero antes de tomarla, escuchó un ruido proveniente del otro lado. Era Lucas, quien había seguido las huellas y estaba en peligro. Sin pensarlo dos veces, Dante volvió sobre sus pasos y utilizó su fuego para asustar a Grunthor y salvar a Lucas.
Juntos lograron escapar de la cueva sana y salva. - ¡Lo logramos! - exclamaron emocionados. Lucas le agradeció a Dante por arriesgar su vida para salvarlo y el dragón le entregó la varita mágica.
A partir de ese día, Dante y Lucas se convirtieron en grandes amigos. Juntos exploraban el bosque encantado ayudando a otros seres mágicos con sus habilidades especiales.
Y así fue como una simple búsqueda de una varita perdida se convirtió en una aventura llena de valentía, amistad y trabajo en equipo. Aprendieron que siempre es importante estar dispuestos a ayudar a los demás sin importar los riesgos que haya que enfrentar.
Desde entonces, Dante y Lucas siguieron viviendo increíbles experiencias juntos en el bosque encantado, creando recuerdos inolvidables mientras compartían risas y alegrías con todas las criaturas mágicas que habitaban allí.
FIN.