El desafío numérico de Canela y Moisés
Había una vez una perrita llamada Canela y su dueño, Moisés. Ambos eran inseparables y siempre se divertían juntos.
Un día, mientras jugaban en el parque, vieron un anuncio que decía: "¡Si logras pasar matemáticas, podrás ganar una increíble video consola!". Canela y Moisés se emocionaron mucho al leer esto. Ambos querían mucho tener la consola para poder jugar sus juegos favoritos juntos.
Pero había un problema: ninguno de los dos era muy bueno en matemáticas. Decidieron entonces buscar a alguien que les pudiera ayudar con las matemáticas. Fueron a la casa de su amiga Laura, quien era muy inteligente y sabía mucho sobre números.
Le contaron sobre el concurso y le pidieron ayuda para estudiar. Laura aceptó encantada ayudarlos y comenzaron a estudiar todos los días después de la escuela. Aprendieron sobre sumas, restas, multiplicaciones y divisiones.
Laura les enseñó trucos para recordar las tablas de multiplicar e hizo que las matemáticas fueran divertidas. Pero a medida que pasaba el tiempo, Canela empezó a sentirse desanimada porque parecía no entender algunas cosas tan rápido como Moisés. Se sentía frustrada porque pensaba que nunca podría pasar el examen de matemáticas.
Un día, mientras estudiaban en el parque junto al lago, Canela se acercó al agua y vio su reflejo en ella. Se miró a sí misma con tristeza y dijo: "-No soy lo suficientemente inteligente para esto".
Moisés la escuchó y corrió hacia ella. "-Canela, no digas eso", le dijo con ternura. "-Tú eres muy inteligente y capaz de aprender todo lo que te propongas. Solo necesitas confiar en ti misma".
Canela miró a Moisés con ojos llenos de duda, pero decidió darle una oportunidad a sí misma. Se levantó y volvió a estudiar con determinación. Llegó el día del examen y Canela y Moisés estaban nerviosos pero seguros de sí mismos.
Respondieron todas las preguntas con confianza, recordando los trucos que Laura les había enseñado.
Un par de días después, recibieron una carta en la que les informaban que habían pasado matemáticas ¡y habían ganado la video consola! Canela saltaba de alegría mientras Moisés abrazaba a su amiga Laura para agradecerle por toda su ayuda. Desde ese día, Canela y Moisés jugaron juntos todos los días en su nueva video consola.
Pero también siguieron estudiando matemáticas porque habían aprendido que nunca se debe subestimar el poder del conocimiento. Y así, Canela y Moisés nos enseñaron que no importa cuán difícil parezca algo, siempre podemos lograrlo si tenemos perseverancia, confianza en nosotros mismos y la ayuda de buenos amigos.
FIN.