El descanso del sol



Hace mucho tiempo, en el universo, había un sol muy especial llamado Sol. Él era diferente a los demás soles porque tenía una personalidad muy activa y siempre estaba haciendo cosas.

Desde temprano en la mañana, hasta altas horas de la noche, Sol trabajaba sin descanso para mantener al planeta Tierra caliente y resplandeciente. Pero un día, algo extraño sucedió. Cuando llegó la noche, Sol no podía dejar de trabajar.

Se sentía cansado, pero por más que lo intentaba no podía cerrar los ojos. El problema era que Sol nunca había dormido antes. "¿Qué me está pasando?", se preguntó Sol mientras seguía brillando con fuerza en el cielo nocturno.

Sol sabía que necesitaba ayuda y decidió buscarla en otros planetas del universo. Visitó a Neptuno y Júpiter, pero ellos no supieron cómo ayudarlo.

Luego fue a Venus y Marte donde le sugirieron beber té de manzanilla y contar ovejas para dormir mejor. "¡Eso es! ¡Voy a intentarlo!", dijo emocionado Sol. Así que esa noche comenzó su rutina de té de manzanilla y contar ovejas antes de acostarse. Pero para su sorpresa, ninguna de las dos cosas funcionaron.

Siguió despierto toda la noche sin poder dormir ni un minuto.

Al día siguiente visitó Saturno quien le hizo una propuesta interesante:"Sol ¿por qué no pruebas dormir durante el día? De esta manera podrás recargar energías suficientes para seguir brillando toda la noche. "Sol aceptó encantado e inmediatamente comenzó a dormir durante el día. Y para su sorpresa, descubrió que dormir era una de las cosas más maravillosas que había experimentado en su vida.

Descansaba profundamente y cuando despertaba se sentía lleno de energía y listo para continuar con su trabajo. De esta manera Sol aprendió la importancia del descanso y se volvió mucho más eficiente en su tarea de iluminar al planeta Tierra.

Ahora, cada vez que llega la noche, Sol se va a dormir feliz sabiendo que ha hecho todo lo posible por mantener vivo el planeta. La moraleja de esta historia es que todos necesitamos descansar para poder ser productivos y felices.

Así como Sol, debemos aprender a escuchar nuestro cuerpo y darnos el tiempo necesario para recargar baterías antes de seguir adelante con nuestras tareas diarias.

FIN.

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