El descanso merecido de Mamá Flor



Había una vez una hermosa jardín donde vivía Mamá Flor, una dulce margarita que cuidaba con amor a todas las flores a su alrededor. Mamá Flor era muy trabajadora, siempre pendiente de regar, podar y cuidar a sus amigas flores.

Un día, después de una larga jornada de trabajo, Mamá Flor se dio cuenta de que estaba exhausta. "Necesito un descanso", murmuró para sí misma.

Pero en lugar de ir a descansar, se quedó ayudando a sus amigas flores que necesitaban su ayuda. Pasaron los días y Mamá Flor seguía sin descansar, hasta que un día las otras flores se dieron cuenta de que su amiga estaba muy cansada.

"Mamá Flor, necesitas descansar, te lo mereces después de cuidarnos tanto", le dijeron. Al principio, Mamá Flor se resistió, sentía que no podía descansar dejando sus responsabilidades de lado. Pero finalmente, con el apoyo de sus amigas flores, decidió tomarse un tiempo para ella.

Se dirigió a un hermoso baño de sol donde se recostó suavemente sobre la tierra y cerró sus pétalos para descansar. Mientras dormía, sus amigas flores se encargaron de cuidar el jardín por ella. Al despertar, Mamá Flor se sintió renovada y llena de energía.

Aprendió que es importante cuidar de uno mismo para poder cuidar a los demás. Desde ese día, siempre se tomaba un momento para descansar y cuidarse, para poder seguir siendo la mejor amiga que sus compañeras flores podían tener.

FIN.

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