El descubrimiento de la colonia de las hormigas mutantes gigantes


Había una vez una chica llamada Luna que vivía en el planeta Tierra. A Luna siempre le encantaba mirar al cielo y soñar con viajar por el espacio exterior algún día.

Un día, gracias a su pasión por la astronomía, fue seleccionada para formar parte de un programa especial de exploración espacial. Luna estaba muy emocionada porque su misión era caminar sola por Júpiter y recolectar muestras del terreno.

Después de muchos años de entrenamiento, finalmente llegó el gran día y Luna se encontraba en la superficie del gigante gaseoso. Mientras caminaba, algo llamó su atención: una especie de hormiga mutante del tamaño de una ballena azul.

Luna no podía creer lo que veía, ¡era algo completamente nuevo! Pero sabía que debía tener cuidado, ya que no conocía las intenciones de esa criatura. - Hola amiguita -dijo Luna tratando de acercarse a la hormiga-.

Soy Luna ¿Cómo te llamas? La hormiga respondió con un sonido extraño e incomprensible para Luna. Sin embargo, parecía estar tranquila así que decidió seguir adelante. De repente, la hormiga comenzó a moverse lentamente hacia ella y a emitir un sonido más fuerte y agudo. - Oh no -pensó Luna-.

Creo que estoy en peligro. Sin embargo, en lugar de atacarla, la hormiga levantó uno de sus tentáculos y señaló hacia el horizonte.

Al seguir su dirección con la vista, Luna vio algo increíble: había una colonia entera de estas criaturas gigantes viviendo en Júpiter. Luna se dio cuenta de que la hormiga no quería lastimarla, sino mostrarle algo maravilloso. La hormiga comenzó a caminar hacia la colonia y Luna decidió seguirla.

A medida que avanzaban, Luna notó que las hormigas mutantes construían complejas estructuras de cristal en las rocas del planeta. Se movían con una coordinación perfecta y parecían estar muy bien organizadas. - ¡Esto es increíble! -exclamó Luna-. Nunca había visto nada así.

La hormiga pareció sonreír ante su entusiasmo y continuaron caminando juntas por un rato más. Cuando llegaron al final de la colonia, la hormiga emitió otro sonido extraño y señaló hacia el cielo. - ¿Qué pasa? -preguntó Luna confundida.

De repente, una gran nave espacial apareció en el horizonte. Era el equipo de rescate que venía a buscar a Luna para llevarla de regreso a casa.

La chica se despidió emocionada de su nueva amiga y subió a bordo de la nave mientras observaba cómo las hormigas gigantes se alejaban lentamente por el paisaje planetario. Desde aquel día, Luna nunca olvidaría su encuentro con aquellas criaturas asombrosas e inteligentes en Júpiter.

Aprendió que hay muchas cosas nuevas por descubrir en este universo infinito y que siempre debemos tener cuidado pero también estar abiertos a lo desconocido para poder aprender más sobre nuestro mundo y los demás seres vivos que lo habitan.

Dirección del Cuentito copiada!