El Descubrimiento de la Melodía



Era una mañana soleada en el palacio, y la joven Marie estaba explorando las habitaciones prohibidas. Mientras buscaba entre viejas cajas llenas de polvo, encontró una cajita musical bellamente tallada. La cajita tenía un brillo especial y una pequeña llave en forma de colgante, que parecía mágico. Curiosa, decidió llevarla a su abuela, la Emperatriz Marie.

"¡Abuela! ¡Mira lo que encontré!" exclamó Marie, mostrándole la cajita musical.

La Emperatriz, al ver la cajita, sintió que su corazón latía más rápido.

"¿Dónde la encontraste, querida?" preguntó, con una mezcla de sorpresa y nostalgia.

"En una de las habitaciones del palacio. ¡Quiero abrirla!" dijo Marie emocionada.

"¿Crees que podemos abrirla juntas?" sugirió la Emperatriz, observando con curiosidad el colgante de Marie, que parecían encajar perfectamente.

Marie insertó la llave en la cajita y, al girarla, una melodía suave comenzó a sonar. Ambas se unieron en un canto armonioso, y, a medida que la melodía llenaba el aire, algo extraordinario comenzó a suceder: imágenes de momentos felices comenzaron a aparecer en la mente de la Emperatriz.

"¡Espera! Esta melodía... me suena de algo..." dijo la Emperatriz mientras su rostro se iluminaba.

"¿Qué pasa, Abuela?" inquirió Marie, intrigada.

"Es la misma melodía que solía cantar cuando era pequeña..." murmuró la Emperatriz, con una lágrima de felicidad.

Esa noche, después de cenar, decidieron buscar juntos fotos antiguas de la familia. Marie se sentó al lado de su abuela, hojeando un álbum a la luz de la luna. La Emperatriz comenzó a señalar imágenes fascinantes.

"Mira, aquí estoy yo, con mi familia. ¡Eras tan parecida a mí cuando eras pequeña!" dijo, mostrando una foto de una niña que se parecía mucho a Marie.

Ambas rieron y se sumergieron en recuerdos compartidos, recordando a los seres queridos que habían estado en su vida.

"¿Por qué nunca me habías hablado de mi abuelita Anastasia?" preguntó Marie, con curiosidad.

La Emperatriz miró a su nieta, y su voz temblaba levemente.

"Porque pensé que había olvidado a mi querida nieta, pero ahora me doy cuenta de que siempre ha estado en mi corazón. La cajita musical ha sido el puente que nos ha unido de nuevo. "

Marie sonrió y abrazó a su abuela.

"No importa, ahora tenemos recuerdos nuevos y hermosos que crear juntas", dijo.

Las dos intentaron recordar más melodías y canciones que habían compartido en su pasado, riendo y disfrutando del momento. La noche avanzó y la amistad entre ambas floreció aún más. Fue un momento mágico, un regalo que el destino les había traído, y ambas estaban decididas a seguir creando recuerdos con su nueva conexión.

Desde aquel día, Marie y la Emperatriz se volvieron inseparables, prometiendo explorar cada rincón de su historia familiar y haciendo de la música el hilo que uniría sus corazones para siempre. Juntas, aprendieron que a veces hay que excavar en el pasado para encontrar tesoros que vale la pena atesorar en el presente.

Y así, con cada nota de la melodía, las risas y los relatos fluyeron por los pasillos del palacio, llenando la vida de ambas de amor, alegría y la promesa de un futuro repleto de aventuras.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!