El descubrimiento de mi cuerpo


Érase una vez un niño llamado Martín, que vivía en un lugar lleno de colores y alegría. Un día, Martín fue a visitar una galería de arte con su mamá.

Allí vio cuadros muy grandes, con formas extrañas y colores brillantes. - Mamá, ¿qué es esto? - preguntó Martín señalando un cuadro redondo con figuras gorditas. - Es una obra de Fernando Botero, un artista que pintaba cuerpos muy grandes y redondos - le respondió su mamá.

Martín se quedó mirando el cuadro con curiosidad. Nunca había visto cuerpos así. Luego, llegaron a otra sala de la galería y se encontraron con cuadros de Antonio Berni, con figuras delgadas y alargadas. - ¿Y estos cuerpos, mamá? - preguntó Martín.

- Estas son las obras de Antonio Berni, que pintaba cuerpos estirados y finitos - explicó su mamá. Martín se quedó pensando en todas esas formas tan distintas. Al llegar a casa, empezó a observar su propio cuerpo.

Se dio cuenta de que su pancita era redondita, como los cuerpos de Botero, pero sus brazos y piernas eran largos y delgados, como los de las obras de Berni.

Martín se sintió sorprendido al descubrir las diferentes formas que su cuerpo podía tener. A partir de ese día, comenzó a dibujar sus propias figuras y a jugar a descubrir las distintas formas que podía hacer con su cuerpo.

De esa manera, Martín aprendió a quererse tal y como era, con todas sus formas y tamaños, y entendió que todos los cuerpos son especiales y hermosos a su manera.

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