El descubrimiento de Pepito



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado Pepito. Pepito era muy curioso y siempre tenía ganas de aprender cosas nuevas, pero en su casa no había libros ni material escolar.

Un día, Pepito vio a unos niños y niñas con mochilas y uniformes escolares caminando hacia la escuelita del pueblo. Se acercó a ellos y les preguntó qué estaban haciendo.

Los niños le explicaron que iban a la escuela a estudiar, aprender cosas nuevas y divertirse. Pepito se emocionó al escuchar esto y les pidió que lo llevaran con ellos. Los niños aceptaron encantados y juntos fueron a la escuelita.

Al llegar, la maestra los recibió con una sonrisa y les dio la bienvenida. "¡Hola chicos! ¿Quién es este nuevo amiguito que nos acompaña hoy?" -dijo la maestra mirando a Pepito. "Hola maestra, soy Pepito. Quiero aprender cosas nuevas como ustedes", respondió Pepito tímidamente.

La maestra se alegró al ver el entusiasmo de Pepito y lo invitó a sentarse junto a los demás niños.

Ese día en la escuela fue maravilloso para Pepito: aprendió las letras del abecedario, los números hasta el diez, colores, formas y muchas otras cosas interesantes. Los días pasaron y Pepito continuaba asistiendo a la escuelita todos los días. Se esforzaba mucho por aprender y pronto se convirtió en uno de los mejores alumnos de su clase.

La maestra lo felicitaba constantemente por su dedicación y empeño. Un día, la maestra anunció que habría un concurso de cuentos cortos en el pueblo y animó a todos los niños a participar.

Pepito estaba emocionado con la idea e inmediatamente comenzó a escribir su propio cuento. Pasaron los días y llegó el día del concurso. Todos estaban ansiosos por conocer al ganador. La maestra leyó cada uno de los cuentos en voz alta mientras los niños escuchaban atentamente.

Finalmente, llegó el turno del cuento de Pepito. Su relato era sobre un niño curioso que descubría un mundo mágico gracias a su amor por aprender cosas nuevas. Todos quedaron maravillados con la historia de Pepito y lo aplaudieron emocionados.

La maestra anunció entonces que el cuento de Pepito había sido elegido como el mejor del concurso. Pepito no podía creerlo, estaba muy feliz y orgulloso de sí mismo.

Desde ese día, Pepito siguió estudiando con entusiasmo en la escuelita del pueblo. Siempre recordaba aquel momento especial en el que descubrió su pasión por aprender cosas nuevas gracias a sus amigos, la maestra y su propia dedicación.

Y colorín colorado, este cuento ha terminado pero la aventura educativa de Pepito apenas comenzaba.

FIN.

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