El descubrimiento de Tomás



Había una vez un técnico de computación llamado Tomás, era blanco y tenía unos ojos verdes muy bonitos. A pesar de su apariencia agradable, Tomás no se sentía contento con su vida.

No le gustaba viajar, ni capacitarse en nuevas tecnologías y mucho menos hacer deporte. Un día, mientras estaba arreglando la computadora de una cliente, escuchó a dos niños hablar sobre sus sueños.

Uno quería ser astronauta para explorar el espacio y el otro quería ser futbolista profesional para jugar en los mejores equipos del mundo. Tomás pensó que nunca había tenido un sueño así y eso lo hizo sentir triste.

Se dio cuenta de que su trabajo no lo hacía feliz y que necesitaba buscar algo más en la vida. Esa misma noche, antes de dormir, Tomás cerró los ojos e intentó imaginar qué era lo que realmente quería hacer.

Recordó que cuando era niño disfrutaba mucho dibujando y creando cosas con sus manos. Al día siguiente decidió tomar acción e inscribirse en un curso de arte para aprender técnicas nuevas de dibujo y diseño gráfico.

Además comenzó a dedicarle tiempo todos los días a practicar deportes como el fútbol y el baloncesto. Poco a poco, Tomás fue descubriendo nuevos talentos dentro de sí mismo y empezó a sentirse más feliz con cada logro alcanzado.

Comenzó a crear diseños únicos para las páginas web que reparaba además se incorporo al equipo local de fútbol donde conoció gente nueva y divertida. Un día recibió una llamada inesperada: Una empresa importante lo había visto en línea gracias a uno de sus diseños y quería ofrecerle un trabajo como diseñador gráfico.

Tomás no podía creerlo, había encontrado su verdadero talento y lo estaba disfrutando al máximo. Ahora viajaba por todo el mundo para conocer nuevas culturas y asistir a eventos importantes en su área de trabajo.

También se mantenía saludable gracias a la práctica diaria del deporte. Desde ese día Tomás se dio cuenta que todos tenemos algo especial dentro de nosotros, solo necesitamos descubrirlo y trabajar duro para alcanzar nuestros sueños.

Él aprendió que no hay nada más valioso que hacer lo que amas, porque eso te llevará siempre hacia la felicidad.

FIN.

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