El descubrimiento de Tomás
Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas, un narrador llamado Tomás. Tomás era conocido por contar las historias más increíbles y fantásticas que nadie hubiera escuchado jamás.
Pero lo que la gente del pueblo no sabía era que todas esas historias no eran solo producto de su imaginación, sino que él mismo había vivido muchas de ellas.
Un día, mientras paseaba por el bosque en busca de inspiración para su próxima historia, Tomás se encontró con una extraña criatura. Era alta, delgada y tenía ojos brillantes como estrellas.
La criatura le habló con una voz suave y melodiosa, diciéndole que necesitaba su ayuda para resolver un misterio que tenía desconcertado a todo el bosque. Tomás, emocionado por ser parte de una aventura real, aceptó ayudar a la criatura sin dudarlo.
Juntos se adentraron en lo más profundo del bosque, donde descubrieron un portal mágico que llevaba a un mundo paralelo lleno de seres extraordinarios y paisajes asombrosos. Durante su travesía, Tomás y la criatura se enfrentaron a desafíos inimaginables: laberintos encantados, criaturas mitológicas y pruebas de valor.
A medida que avanzaban, Tomás comenzó a darse cuenta de que este viaje no era solo para resolver el misterio del bosque, sino también para descubrir cosas sobre sí mismo que nunca había imaginado. Finalmente, después de superar todos los obstáculos, llegaron al corazón del mundo paralelo donde encontraron la respuesta al misterio.
Sin embargo, justo cuando estaban a punto de revelar la verdad, algo inexplicable ocurrió: el tiempo pareció detenerse y todo quedó en silencio absoluto. "-¿Qué está pasando?", preguntó Tomás desconcertado.
La criatura le miró con tristeza y le dijo: "-Es hora de regresar. Tu misión ha terminado. "Antes de poder decir algo más, Tomás sintió como si fuera absorbido por una fuerza invisible y todo se volvió oscuro a su alrededor.
Cuando abrió los ojos nuevamente, se encontraba tumbado en el suelo del bosque como si nada hubiera pasado. Desde ese día, Tomás siguió contando sus historias fantásticas pero siempre con la certeza en su corazón de que aquella aventura había sido real.
Y aunque nunca pudo explicar lo ocurrido aquel día en el mundo paralelo ni volver allí físicamente; cada vez que contaba esa historia generaba intriga entre quienes le escuchaban e inspiraba a muchos a creer en lo extraordinario y lo inexplicable.
Y así nuestro narrador siguió viviendo nuevas experiencias fantásticas mientras mantenía vivo el recuerdo de aquella mágica aventura con la esperanza siempre latente de volver a cruzar ese umbral hacia lo desconocido...
El final quedó abierto para quien quiera imaginar qué otros mundos maravillosos podría llegar a explorar Tomás en sus futuras historias...
FIN.