El descubrimiento en la selva
En lo profundo de la selva, todos los animales vivían en armonía. El león, la jirafa, el mono, el elefante y muchos otros compartían un lazo de amistad único.
Un día, mientras jugaban en el río claro, vieron una caja flotando hacia ellos. Con asombro, observaron la caja y escucharon débiles gritos desde su interior.
El león, con valentía, se acercó y con un poderoso rugido abrió la caja, revelando una sorpresa inesperada: ¡una especie nunca antes vista en la selva! Era una criatura pequeña y peluda con grandes ojos brillantes. Todos los animales se miraron entre ellos, sorprendidos y curiosos al mismo tiempo. - ¡Hola! Soy Luna, una criatura amistosa del mundo exterior.
Estaba perdida y agradezco mucho su ayuda - dijo la criatura con una voz suave y amigable. Los animales se acercaron con cautela pero con interés.
A medida que Luna les contaba sobre su origen y costumbres, los animales aprendieron sobre la diversidad del mundo más allá de su hogar en la selva. Juntos, exploraron nuevas formas de jugar, cantar y compartir historias. A pesar de sus diferencias, descubrieron que tenían mucho en común: el deseo de amistad, diversión y aventura.
Con el tiempo, Luna se convirtió en parte de la comunidad de la selva, enseñando a los animales sobre la importancia de la apertura a lo desconocido y el valor de la amistad sin importar las diferencias.
Luego, decidieron explorar juntos más allá de la selva, aprendiendo que el mundo es vasto y maravilloso, con infinitas posibilidades de amistad y aprendizaje. Con el tiempo, la selva y sus habitantes se volvieron aún más fuertes y unidos, manteniendo su espíritu curioso y amigable.
Y así, la llegada de Luna no solo enriqueció sus vidas, sino que también les recordó que la verdadera amistad trasciende las barreras de la apariencia y la procedencia.
FIN.