El deseo de Benja


. Benja estaba muy triste por tener que dejar a su perrita Brooklyn en Buenos Aires. Él sabía que sus abuelos la cuidarían bien, pero aún así no podía evitar sentirse triste al alejarse de ella.

Una noche, mientras miraba las estrellas desde su ventana, Benja cerró los ojos y pidió un deseo: "Quiero que mis abuelos vengan a Barcelona con Brooklyn para estar siempre juntos".

A la mañana siguiente, Benja se despertó y se sorprendió al ver a sus abuelos parados junto a su cama. "¡Abuela! ¡Abuelo! ¿Qué hacen aquí?", preguntó emocionado. "Vinimos para estar contigo", dijo su abuela con una sonrisa.

"Ayudaremos a tus padres con la mudanza y luego nos quedaremos contigo un tiempo", agregó su abuelo. Benja estaba tan feliz que casi saltaba de alegría. Pero luego recordó algo importante: "¿Y qué pasa con Brooklyn? Ella está en Buenos Aires".

Sus abuelos le aseguraron que habían pensado en todo y que habían traído a Brooklyn consigo. La perrita estaba durmiendo plácidamente en una canasta cerca de la puerta. Brooklyn se despertó cuando escuchó el nombre de Benja y corrió hacia él moviendo la cola frenéticamente.

Era como si supiera que ahora estarían juntos para siempre. Desde ese día, Benja vivió feliz junto a sus abuelos y su querida mascota Brooklyn. Juntos exploraron Barcelona, visitaron lugares nuevos e hicieron muchos amigos nuevos también.

Pero un día, cuando salieron de compras por el mercado local, Brooklyn desapareció. Benja estaba devastado y sus abuelos también estaban preocupados. Pero en lugar de rendirse, Benja decidió buscar a su amada mascota por toda la ciudad.

Preguntó a los vecinos, puso carteles con su foto y buscó en todos los rincones. Finalmente, después de varios días de búsqueda incansable, encontraron a Brooklyn en un parque cercano. Estaba jugando con otros perros y parecía muy feliz.

"¡Brooklyn! ¡Estás aquí!", gritó Benja mientras se acercaba corriendo hacia ella. La perrita lo reconoció al instante y corrió hacia él moviendo la cola frenéticamente. Era como si supiera que ahora estarían juntos para siempre.

Desde entonces, Benja aprendió una valiosa lección: nunca debemos perder la esperanza ni dejar de buscar aquello que más queremos. Con amor, determinación y perseverancia, podemos superar cualquier obstáculo que se nos presente en el camino.

Y así fue como Benja aprendió que la vida está llena de sorpresas maravillosas si uno cree en sí mismo y sigue adelante sin miedo.

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