El deseo protector de Sofía



En un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza vivía una niña llamada Sofía, quien siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás y a hacer el bien.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, escuchó unos ruidos extraños que provenían de un árbol muy alto. Al acercarse, descubrió que se trataba de un pajarito atrapado en una red que alguien había colocado para cazarlo.

Sin dudarlo, Sofía trepó con habilidad hasta donde se encontraba el ave y con mucho cuidado lo liberó. El pajarito voló feliz hacia la libertad y Sofía sonrió satisfecha. - ¡Gracias, Sofía! - trinó el pajarito antes de desaparecer entre las ramas.

Desde ese día, Sofía se dedicó a recorrer el bosque en busca de animales en peligro para ayudarlos. Rescató conejitos atrapados en zarzas, curó heridas de zorros lastimados y alimentó ardillas hambrientas. Su valentía y bondad se hicieron conocidas en todo el pueblo.

Un día, mientras caminaba junto al arroyo, escuchó llantos provenientes del agua turbia. Al acercarse vio a un pequeño pececito atrapado entre bolsas plásticas y latas vacías. - ¡Tranquilo amiguito! ¡Voy a sacarte de ahí! - exclamó Sofía con determinación.

Con cuidado fue retirando los desechos hasta lograr liberar al pececito, quien nadó rápidamente hacia aguas más limpias. De repente, el arroyo comenzó a brillar y apareció una hada madrina frente a Sofía.

- Has demostrado tener un corazón noble y valiente, querida Sofía. Por eso te concederé un deseo - dijo el hada con ternura. Sofía pensó por un momento y luego respondió:- Quisiera que todos los animales del bosque estuvieran protegidos y felices para siempre.

El hada sonrió y moviendo su varita mágica hizo brillar todo a su alrededor. Desde ese momento, en Villa Esperanza todos los animales vivieron en armonía gracias al amor incondicional de Sofía por la naturaleza.

Y así, entre risas de niños jugando con mariposas multicolores y cantos melodiosos de aves felices; la historia de la niña bondadosa que salvaba animales se convirtió en leyenda en aquel encantador pueblo donde la esperanza siempre florecía.

FIN.

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