El desfile de las verduras
Había una vez, en un hermoso jardín llamado Primavera, un grupo de amigos muy especiales. Estos amigos eran verduras que vivían felices y contentas entre las flores y los árboles frutales.
Había una zanahoria llamada Carlota, un tomate llamado Tito, una lechuga llamada Lola y un brócoli llamado Benito.
Un día, mientras disfrutaban del cálido sol primaveral, se les ocurrió una idea maravillosa: ¡organizar un desfile de primavera! Querían celebrar la llegada de esta estación tan hermosa y llena de vida. Pero había algo que los preocupaba: ¿cómo podrían hacerlo si solo eran verduras? Decidieron pedir ayuda a sus vecinos del jardín: los animales.
Fueron a ver al señor Conejo, quien era el más sabio de todos. Le contaron su plan y él les dio una gran idea. "Amigos verduras", dijo el señor Conejo con su voz suave y pausada. "Pueden disfrazarse de diferentes animales para el desfile".
Los ojos de las verduras se iluminaron con emoción ante la propuesta del señor Conejo. Así que comenzaron a buscar materiales para crear sus disfraces. Carlota decidió disfrazarse de conejito, ya que habían recibido ayuda del señor Conejo.
Usó algodón para hacer unas orejas esponjosas y se pintó bigotes en la cara con jugo de mora. Tito quería ser un pajarito colorido como los que volaban por el jardín. Hizo alas de papel y se colocó plumas de colores en la cabeza.
Lola pensó que sería divertido disfrazarse de mariposa. Cortó papel crepé en forma de alas y las pegó a su espalda. También pintó su rostro con brillantina para parecerse aún más a una mariposa.
Benito, siendo un brócoli verde y frondoso, decidió convertirse en un árbol. Pegó hojas verdes de papel en sus ramas y se puso un sombrero marrón para parecer el tronco. El día del desfile llegó y el jardín estaba lleno de emoción y alegría.
Todos los animales del vecindario vinieron a observar el desfile de las verduras disfrazadas. Cuando Carlota, Tito, Lola y Benito salieron al escenario, todos quedaron sorprendidos por lo hermosos que lucían sus disfraces.
Los aplausos llenaron el aire mientras ellos caminaban por el jardín mostrando sus trajes. Pero entonces, algo inesperado sucedió: una lluvia repentina comenzó a caer sobre el desfile. Las verduras estaban preocupadas porque sus disfraces podrían arruinarse con el agua.
Sin embargo, los animales del jardín no se rindieron tan fácilmente. El señor Conejo les sugirió improvisar una carpa con hojas grandes para protegerse de la lluvia. Todos trabajaron juntos rápidamente y lograron cubrirse debajo de la improvisada carpa hecha de hojas gigantes.
Continuaron caminando bajo la lluvia mientras sostenían las hojas sobre sus cabezas. El desfile continuó y, a pesar de la lluvia, todos disfrutaron del espectáculo.
Los animales aplaudieron y vitorearon a las valientes verduras que habían superado el obstáculo de la lluvia. Al final del desfile, Carlota, Tito, Lola y Benito fueron aclamados como los héroes del jardín. Habían demostrado que con creatividad y trabajo en equipo, cualquier desafío puede ser superado.
Desde ese día, el jardín Primavera se llenó de alegría y amistad entre las verduras y los animales. Cada año celebraban un nuevo desfile de primavera donde todos participaban con entusiasmo y diversión.
Y así es como Carlota, Tito, Lola y Benito enseñaron al mundo que no importa si eres una verdura o un animal, lo importante es tener confianza en uno mismo y nunca rendirse ante los obstáculos que la vida nos presente.
FIN.