El desorden de Lucas
Lucas era un niño muy desordenado. Siempre dejaba sus útiles escolares tirados por todos lados en el salón de clases, lo que molestaba mucho a sus compañeros y a su profesor, el Señor Rodríguez.
Un día, el Señor Rodríguez llamó a Lucas después de clases y le dijo:
- Lucas, necesitamos hablar. Tu desorden en el salón es un problema. Los demás niños no pueden concentrarse cuando ven todo revuelto.
- Lo siento, Señor Rodríguez. No lo vuelvo a hacer, prometo limpiar todo mañana - respondió Lucas, avergonzado.
Pero al día siguiente, el salón de clases de Lucas seguía igual de desordenado. El Señor Rodríguez llamó nuevamente a Lucas y le preguntó:
- ¿Qué pasó, Lucas? Te pedí que ordenaras, ¿por qué no lo hiciste?
- No sé, Señor Rodríguez. Es que siempre se me olvida. No lo hago a propósito - explicó Lucas, apenado.
El Señor Rodríguez se dio cuenta de que Lucas necesitaba ayuda para ser más organizado, así que le propuso un reto: si Lucas lograba mantener su lugar ordenado durante una semana, tendría una recompensa sorpresa.
Lucas aceptó el desafío y se esforzó por mantener su lugar limpio y ordenado. Al principio le costó, pero con el tiempo se acostumbró a recoger sus cosas y guardarlas en su lugar después de cada clase.
Después de una semana, el salón de Lucas lucía impecable. El Señor Rodríguez felicitó a Lucas por su esfuerzo y le dijo:
- Lucas, estoy muy orgulloso de ti. Has demostrado que con determinación y esfuerzo, puedes cambiar tus malos hábitos. Como prometí, aquí tienes tu recompensa sorpresa.
La sorpresa era un hermoso set de útiles escolares nuevos, que Lucas recibió con una enorme sonrisa. A partir de ese día, Lucas se convirtió en el niño más ordenado del salón, y sus compañeros comenzaron a imitar su buen ejemplo.
FIN.