El despertar de Nico



Había una vez un chico llamado Nico, que vivía en la ciudad con su familia.

Un día, mientras dormía, algo extraño sucedió: de repente se encontró en un lugar desconocido y todo estaba muy diferente a lo que él conocía. Nico miró a su alrededor y vio que la tierra estaba desolada y devastada. Los edificios estaban en ruinas, el cielo era gris y no había árboles ni plantas por ninguna parte. Se sintió asustado y solo.

De repente, escuchó una voz detrás de él: "Hola Nico, bienvenido al futuro". Nico se dio vuelta y vio a un hombre mayor con barba blanca y ropa desgastada. - ¿Qué pasó aquí? -preguntó Nico sorprendido.

- La humanidad no cuidó del planeta como debía hacerlo -respondió el hombre-. La contaminación, la deforestación y los gases tóxicos acabaron con todo lo que nos rodeaba. Nico se quedó pensativo.

Él sabía sobre el cambio climático en las clases de ciencias naturales pero nunca imaginó que llegaría tan lejos. Sin embargo, decidió no darse por vencido e intentar encontrar alguna solución para ayudar al mundo.

El anciano le mostró cómo sobrevivir en ese mundo hostil: cómo conseguir agua potable, alimentos frescos y cómo protegerse de los peligros del ambiente contaminado. Con el tiempo, Nico aprendió mucho de aquel hombre sabio.

Un día mientras caminaban juntos por las ruinas de la ciudad encontraron un pequeño brote verde creciendo entre las piedras rotas. Fue un momento de esperanza y alegría para ambos. - Mira Nico, la naturaleza está tratando de recuperarse -dijo el hombre con una sonrisa en su rostro-. Es nuestra responsabilidad ayudarla a crecer.

A partir de ese momento, Nico decidió que haría todo lo posible por ayudar al planeta. Con la ayuda del anciano, empezó a sembrar pequeñas plantas y árboles en lugares estratégicos donde podrían crecer sin ser contaminados.

También comenzaron a recolectar basura y reciclar los materiales útiles. Poco a poco, otros sobrevivientes se sumaron a su iniciativa y juntos lograron hacer cambios significativos.

Con el tiempo, gracias al esfuerzo colectivo de todos aquellos que habían sobrevivido, el mundo empezó a recuperarse lentamente. La tierra volvió a florecer con nuevos colores y aromas frescos. Nico estaba feliz de haber hecho algo positivo para el mundo.

Y aunque sabía que todavía había mucho trabajo por hacer para volver al equilibrio natural del planeta, estaba seguro de que si todos trabajaban juntos podían lograrlo.

Así termina esta historia sobre la importancia del cuidado ambiental y cómo cada uno puede hacer una diferencia en este mundo hermoso pero frágil que nos rodea.

FIN.

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