El Despertar de Oso Dormilón


Había una vez en el bosque un oso llamado Oso Dormilón y un sapo llamado Sapo Saltarín.

El Oso Dormilón era conocido por ser el oso más perezoso del bosque, siempre durmiendo la siesta bajo la sombra de los árboles. Por otro lado, el Sapo Saltarín era muy activo y le encantaba saltar de hoja en hoja.

Un día, mientras el Oso Dormilón dormía plácidamente, el Sapo Saltarín se acercó a él y le dijo: "¡Oye, Oso Dormilón! ¿No te aburres de dormir todo el tiempo? Deberías aprovechar más tu tiempo y hacer cosas divertidas". El Oso Dormilón se despertó poco a poco y bostezó: "¿Qué dices, Sapo Saltarín? ¡Yo estoy feliz durmiendo todo el día!".

El sapo no se dio por vencido e insistió: "Pero podrías aprender tantas cosas nuevas si salieras de tu cueva y exploraras el bosque. Hay hermosos paisajes que nunca has visto".

El Oso Dormilón comenzó a sentir curiosidad ante las palabras del sapo. Se levantó lentamente y siguió al Sapo Saltarín mientras este saltaba de hoja en hoja mostrándole todos los rincones del bosque. En su recorrido, encontraron una familia de conejos jugando felices en la pradera.

El Oso Dormilón les preguntó curioso: "¿Qué hacen ustedes?". Uno de los conejitos respondió emocionado: "Estamos jugando al escondite. ¿Quieres jugar con nosotros, Oso Dormilón?".

El oso aceptó el desafío y se unió a la divertida partida de escondite. Aunque al principio no era muy bueno en encontrar a los conejitos, poco a poco fue mejorando y disfrutando del juego.

Después de un rato, continuaron su camino y encontraron una ardilla recolectando nueces para guardarlas durante el invierno. El Oso Dormilón preguntó intrigado: "¿Por qué estás recolectando tantas nueces?". La ardilla respondió amablemente: "Es importante prepararse para el invierno, así tendremos suficiente comida cuando escaseen los frutos".

El Oso Dormilón comprendió la importancia de la preparación y decidió ayudar a la ardilla a recolectar más nueces. Juntos trabajaron duro hasta tener suficientes provisiones para todos los animales del bosque.

A medida que exploraban el bosque, el Sapo Saltarín le mostraba al Oso Dormilón todas las maravillas que había estado perdiendo por dormir tanto tiempo. Vieron hermosas flores, cascadas cristalinas y aves cantando melodías encantadoras. Finalmente, llegaron a un claro donde se encontraban todos los animales del bosque reunidos.

El Sapo Saltarín explicó emocionado: "¡Hoy celebramos tu despertar, Oso Dormilón! Has aprendido cosas nuevas y has traído alegría a nuestro hogar". El Oso Dormilón sonrió felizmente y dijo: "Gracias, amigos.

Me di cuenta de que dormir todo el tiempo me hacía perderme muchas cosas maravillosas. A partir de ahora, aprovecharé cada día para explorar y aprender algo nuevo". Desde ese día, el Oso Dormilón se convirtió en un oso activo y curioso.

Ya no pasaba todo su tiempo durmiendo, sino que disfrutaba de la compañía de sus amigos y descubría las maravillas del bosque. Y así, el Oso Dormilón y el Sapo Saltarín vivieron muchas aventuras juntos, enseñándose mutuamente la importancia de estar despierto y aprovechar al máximo cada día.

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