El despertar del sol mágico
-yendo la tarde, cuando un rayito de sol se coló por la ventana e iluminó el rostro del niño enfermo. El brillo cálido le hizo sonreír por primera vez en mucho tiempo.
-¡Qué bonito es el sol! -exclamó el niño con asombro. Esa simple frase desencadenó una serie de eventos que cambiarían su vida para siempre. Desde ese día, el niño empezó a observar detenidamente todo lo que ocurría afuera de su ventana.
Vio cómo las hojas de los árboles bailaban al compás del viento, cómo los pájaros volaban libres por el cielo y cómo las nubes formaban figuras caprichosas. Un día, mientras miraba hacia afuera, vio a un grupo de niños jugando en el parque.
Su corazón se llenó de nostalgia al recordar los días en los que él también corría y reía sin preocupaciones. Fue entonces cuando decidió que no podía quedarse de brazos cruzados mientras la vida pasaba frente a sus ojos.
Decidió convertir su habitación en un mundo lleno de magia y aventuras. Con la ayuda de sus padres, transformaron las paredes blancas en un bosque encantado, con árboles gigantes y animales parlanchines.
Colocaron luces brillantes que simulaban luciérnagas y pusieron música suave que parecía susurrar secretos al oído del niño. Desde ese día, cada mañana era una nueva aventura para el niño enfermo.
Leía cuentos fantásticos, pintaba paisajes increíbles y hasta aprendió a tocar la guitarra gracias a las clases por videollamada con un músico famoso. Poco a poco, la tristeza fue desapareciendo de su rostro para dar paso a una sonrisa radiante y llena de esperanza.
Los días ya no eran grises y monótonos; ahora estaban llenos de colores vibrantes y emociones intensas. Un día, mientras contemplaba el atardecer desde su ventana convertida en lienzo natural, sintió una mano cálida sobre la suya.
Se giró lentamente y vio a uno de los niños del parque mirándolo con curiosidad. -¿Quieres ser mi amigo? -preguntó tímidamente el niño sano. El niño enfermo asintió emocionado y juntos comenzaron una amistad inquebrantable que les enseñaría el verdadero significado del amor y la solidaridad.
Y así, entre risas compartidas y juegos inventados, el niño enfermo descubrió que incluso desde su habitación podía vivir grandes aventuras y tocar corazones con tan solo una sonrisa sincera.
Y aunque seguía sin poder salir al mundo exterior, había encontrado un universo infinito dentro de sí mismo donde podía ser feliz cada día.
FIN.