El despertar estelar de Borikén



Había una vez en la hermosa isla de Borikén, un grupo de indios tainos muy curiosos y valientes. Ellos vivían en armonía con la naturaleza y eran grandes observadores del cielo estrellado por las noches.

Un día, mientras caminaban por la playa, vieron algo brillante en el cielo que no habían visto antes. Era el sol, que se reflejaba sobre las aguas cristalinas del mar. Los tainos se quedaron maravillados ante aquel espectáculo tan impresionante.

"¡Mira! ¡Qué luz más grande y brillante!" exclamó Yari, una joven taina con ojos llenos de asombro. "Sí, es el sol. Nos da luz y calor durante el día", explicó Nahu, un sabio anciano de la tribu.

Los tainos siguieron observando el sol durante todo el día, maravillados por su movimiento en el cielo. Pero cuando cayó la noche, descubrieron algo aún más sorprendente: las estrellas y los planetas que brillaban en la oscuridad.

"¡Wow! ¿Qué son esas luces titilantes?" preguntó Tayo, un niño curioso señalando al firmamento estrellado. "Son las estrellas y los planetas que forman parte de nuestro sistema solar", respondió Nahu con una sonrisa.

Los tainos pasaron horas contemplando las estrellas y aprendiendo sobre los planetas que giraban alrededor del sol. Se maravillaron al descubrir que no estaban solos en el universo y que existían otros mundos por explorar.

"¿Podremos algún día viajar a esos planetas?" preguntó Yari emocionada ante la idea de conocer nuevos horizontes. Nahu les contó historias sobre antiguas leyendas tainas que hablaban de viajes interplanetarios y seres mágicos que habitaban en otros mundos. Los tainos soñaron con aventuras cósmicas y nuevas amistades extraterrestres.

Con el paso del tiempo, los indios tainos se convirtieron en expertos astrónomos y construyeron observatorios para estudiar con más detalle el sistema solar. Descubrieron nuevos asteroides, cometas e incluso lograron trazar mapas precisos de las constelaciones.

Gracias a su curiosidad insaciable y su espíritu explorador, los indios tainos se convirtieron en pioneros del conocimiento cósmico en su época. Su legado perduró a lo largo de los siglos como ejemplo de sabiduría ancestral y respeto por el universo infinito que nos rodea.

FIN.

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