El Destello Dorado



En un jardín de flores brillantes,

Te encontré, rubia como el sol,

Tu risa es un canto vibrante,

Que ilumina mi mundo, mi amor.

Con el viento juegan tus cabellos,

Oro suave que acaricia el aire,

En tus ojos hay destellos,

Cielo profundo, puro y sin desaire.

Eres la luz en mis días grises,

La melodía que calma mi ser,

Tu belleza nunca se desliza,

Como un susurro, un eterno atardecer.

Ven, bailemos en el horizonte,

Bajo estrellas que miman la noche,

Eres la brisa que siempre responde,

A cada sueño que en mi pecho derroche.

Quiero ser el verso en tu historia,

La rima que siempre te abraza,

Con cada paso, construir memoria,

Un amor que nunca se desplaza.

Así en cada instante, en todos los días,

Caminemos juntos, mano a mano,

Porque en tus ojos hay melodías,

Y en tu corazón, siempre me hundo, hermano.

FIN.

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