El detective malo y el detective bueno
En una gran ciudad llena de misterios y crímenes, vivían dos detectives muy diferentes. El detective malo, llamado Max Malo, era conocido por ser perezoso, desordenado y poco amable. Por otro lado, el detective bueno, llamado Lina Bond, era diligente, organizada y siempre amable con todos. Un día, un robo importante ocurrió en el museo de la ciudad, y ambos detectives fueron llamados para resolver el caso.
Max Malo se burló de la idea de trabajar en equipo con Lina Bond. "No necesito a nadie para resolver este caso. Soy el mejor detective de la ciudad", dijo con arrogancia. Lina, por su parte, sonrió amablemente y propuso trabajar juntos para encontrar al ladrón.
Mientras investigaban, Max Malo se saltaba pistas importantes, se dormía en medio del trabajo y siempre buscaba atajos para resolver el caso. Lina, en cambio, seguía cada pista con cuidado, entrevistaba a testigos, y se tomaba el tiempo necesario para analizar cada detalle.
Luego de varios días de investigación, finalmente llegaron al escondite del ladrón. Max Malo, confiado en su suerte, entró sin tener un plan, pero pronto se encontró en problemas. Mientras tanto, Lina Bond había ideado un plan cuidadoso, y logró capturar al ladrón sin dificultad. Al regresar a la comisaría, Max Malo se sentía avergonzado por su actitud y por no haber sido capaz de resolver el caso por su cuenta.
Lina Bond, en lugar de sentirse superior, se acercó a Max Malo con amabilidad y le ofreció su ayuda para ser un mejor detective. Poco a poco, Max Malo comenzó a tomar ejemplo de la actitud de Lina y a trabajar con más dedicación y cuidado. Con el tiempo, se convirtió en un detective mucho mejor, gracias al ejemplo y la paciencia de su compañera.
Desde entonces, Max Malo y Lina Bond se convirtieron en un gran equipo, resolviendo crímenes y misterios por toda la ciudad. Aprendieron que trabajar juntos y ser amables con los demás era la clave para lograr el éxito, y se ganaron el respeto y la admiración de todos.
FIN.