El día aventurero en casa de la abuela



En una soleada tarde, luego de la escuela, Elías, Mary paz y Julián llegaron a la casa de su abuela Marlen. Marlen los recibió con brazos abiertos y una sonrisa sincera. Los tres nietos estaban emocionados por pasar tiempo juntos en la acogedora casa de su abuela.

La abuela Marlen preparó deliciosas galletitas para la merienda, y los tres niños se sentaron alrededor de la mesa para disfrutarlas. - Abuela, ¿podemos jugar en el jardín? - preguntó Elías. - Claro que sí, pero recuerden ser cuidadosos y jugar juntos. No quiero que nadie se lastime -respondió la abuela. Los niños asintieron emocionados y salieron corriendo al jardín.

Mientras jugaban, Mary paz se tropezó y cayó al suelo. - ¡Ay! -exclamó con dolor. Los dos hermanos corrieron a ayudarla. - ¿Estás bien, Mary paz? -preguntó Elías con preocupación. - Sí, creo que solo me raspé un poco, no es grave -respondió Mary paz con valentía. La abuela Marlen salió al jardín al escuchar el alboroto y ayudó a curar la herida de Mary paz. - Saben, a veces los accidentes suceden, pero lo importante es cuidarse unos a otros y estar ahí para ayudar -comentó la abuela con cariño.

Después de la merienda, la abuela propuso hacer una actividad juntos. - ¿Qué les parece si buscamos tesoros en el jardín? Les daré una lista con cosas para encontrar, y el que encuentre más cosas, ganará un premio especial -declaró la abuela. Los tres niños estaban emocionados con la idea y rápidamente se pusieron en marcha.

Mientras buscaban, Julián, siendo el más pequeño, encontró un brillante caracol y lo mostró orgulloso a sus hermanos. - ¡Miren lo que encontré! -exclamó con una sonrisa radiante. Los demás se sorprendieron por el hallazgo de Julián y continuaron su búsqueda con más entusiasmo. Después de un rato, regresaron con la abuela Marlen mostrando los tesoros que encontraron. La abuela elogió a cada uno por su esfuerzo y entusiasmo.

Al final, la abuela les entregó a cada uno un pequeño premio por participar y trabajar en equipo. - Hoy aprendimos que, aunque seamos diferentes, todos podemos aportar algo especial y ayudarnos mutuamente. Además, lo importante es disfrutar y valorar el tiempo que pasamos juntos. Gracias por hacer de este día un día maravilloso -comentó la abuela Marlen con una sonrisa llena de amor.

Los tres nietos se abrazaron emocionados, sabiendo que volver a casa de la abuela siempre sería una aventura emocionante llena de aprendizaje y amor.

FIN.

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