El día de Agustina



Agustina era una estudiante de noveno grado en UTU que había tenido un día complicado. Por la mañana, se le había olvidado la tarea de matemáticas en casa, lo que le valió una reprimenda de su profesor. Luego, durante el almuerzo, se le cayó toda la comida encima, lo que la dejó avergonzada delante de sus compañeros. Pero las cosas empeoraron cuando, durante la clase de historia, se quedó dormida y se perdió toda la lección. Agustina se sentía triste y desanimada. Al llegar a casa, su abuela, que vivía con ella, notó que algo andaba mal.

"¿Qué te pasa, Agustina? Estás muy callada", dijo la abuela con preocupación.

Agustina suspiró y le contó todo lo que le había sucedido durante el día. La abuela la escuchó atentamente y luego le dijo con afecto: "Las dificultades son como obstáculos en el camino, pero siempre hay una manera de superarlos. A veces, solo tenemos que mirar las cosas desde otra perspectiva".

Agustina se quedó pensativa, pero su abuela le sonrió y le dijo: "Tengo una idea. ¿Por qué no escribimos una lista de las cosas por las que estamos agradecidos? Puede que te ayude a ver las cosas de manera diferente".

Agustina asintió y se sentaron juntas a hacer la lista. Al principio, le costó encontrar cosas por las que estar agradecida, pero poco a poco, fue recordando momentos felices, personas queridas y pequeños detalles que alegraban su vida. Al terminar la lista, Agustina se sintió más ligera y con una sonrisa en el rostro.

Al día siguiente, Agustina llegó a la escuela con una actitud renovada. Aunque tuvo algunas dificultades durante el día, como un problema de confianza en el examen de ciencias, Agustina recordó su lista de agradecimiento y encontró la fuerza para seguir adelante. Después de la jornada escolar, se acercó a su abuela y le dijo emocionada: "Gracias, abuela. Gracias por ayudarme a ver las cosas de manera diferente. Hoy fue un día complicado, pero encontré la manera de superarlo". La abuela la abrazó con cariño y le dijo: "Recuerda, querida Agustina, siempre hay luz al final del túnel, solo debemos tener el corazón abierto para verla".

Agustina asintió, agradecida por tener a su abuela, y supo que, pase lo que pase, siempre encontraría una forma de superar los obstáculos con amor, gratitud y una actitud positiva.

FIN.

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